El club, junto a más de 130 mil hinchas, festejaron anoche la recuperación del histórico terreno, tras 40 años de su pérdida
El 2 de diciembre de 1979, en la cancha del Gasómetro, sitiado en el barrio de Boedo, jugaban San Lorenzo y Boca Juniors para la fecha 14 del Torneo Nacional. El partido termina con amargo empate a cero. Amargo por la consecuente eliminación, pero aún más porque esta sería la última vez que el club cuervo jugaría en su amado estadio.
El terreno pasó a manos de la dictadura cívico-militar, la cual tenía en mente un proyecto urbanístico nunca cumplido. Años después, en una Argentina democrática, el terreno es adquirido por la cadena de supermercados francesa, Carrefour. El estadio fue demolido y sus accesorios vendidos o incluso regalados.
Sin embargo, el gigante ha decidido volver a casa y sentirse de nuevo señor de la Avenida La Plata 1700. El pasado 28 de junio el CASL firmó los papeles que lo convertirían en dueños del terreno. Ahora bien, el proceso de adquisición tuvo inicio el 15 de noviembre 2012, momento en el cual se aprobó la «Ley de Restitución Histórica» en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, donde se establecían los pasos a seguir para la devolución de los terrenos al club, mediante una acuerdo. La cadena Carrefour aceptó la oferta de 110 millones de pesos, más cuatros cuotas de 1 millón de dólares.
El nuevo estadio llevará por nombre: Papa Francisco (debido a que el Santo Padre es hincha del club) y tendrá una capacidad de 45 mil espectadores. La propuesta de San Lorenzo, es mucho más compleja que la «simple» construcción del recinto. Los cuervos pretenden reformar integralmente el barrio, se buscará abrir nuevas escuelas, espacios culturales, sedes de clubes, cines, teatros entre otros. El estadio será multifuncional, contará con: locales comerciales, gimnasios, oficinas y puestos de seguridad.