El número de especies en peligro de extinción se ha incrementado debido a estas prácticas
La ONG británica Earthsight publicó un informe en el que dejó al descubierto las consecuencias medioambientales que genera la producción industrial de algodón en Brasil, en la que se mantiene la deforestación ilegal, acaparamiento de tierras, corrupción y violencia.
Esa materia prima es utilizada para la producción de indumentaria que venden varias cadenas, ente ellas H&M y Zara, aseguró la organización.
La ONG analizó por más de un año analizó imágenes satelitales, fallos judiciales, registros de embarque y asistió a ferias comerciales mundiales para seguirles el rastro a unas 816.000 toneladas del algodón exportado desde algunas de las fincas principales de Brasil enviados a ocho productores de Asia.
Las tierras de plantación pertenecen a familias adineradas que se posicionan entre os mayores productores de algodón de Brasil. Pero también tienen medidas judiciales, fallos por corrupción y multas por millones de dólares por la tala de unas 100.000 hectáreas en El Cerrado, una región que cubre un cuarto de la superficie de Brasil donde habitan el 5 % de las especies del mundo, incluyendo el oso hormiguero gigante y el armadillo gigante.
Según denuncia Earthsight en su informe, más de la mitad de esta región ha sido talada para dedicar ese espacio a la agricultura, en especial en las últimas décadas. Durante el año pasado la deforestaciónaumentó un 43 %. Esta destrucción, de acuerdo al Gobierno brasileño, deja como consecuencia un impacto climático equivalente a la presencia de 50 millones de vehículos más cada año, mientras que, por la pérdida de su hábitat, cientos de especies enfrentan el riesgo de extinción.
Además, la situación ambiental se agrava dado que anualmente miles de millones de litros de agua dulce son desviados a los campos de algodón, que también son rociados con 600 millones de litros de pesticidas.
En las últimas décadas Brasil aumentó notablemente la producción de algodón, especialmente en El Cerrado, donde se cultiva en rotación con la soja y, de acuerdo con el informe, se estima que para 2030 Brasil se convierta en el mayor exportador de algodón, por encima de Estados Unidos.
Sin embargo, el incremento de las tierras de producción genera un retroceso a las comunidades tradicionales, al ser obligadas a abandonar sus territorios, no pueden realizar sus actividades de subsistencia y son sometidos a vigilancia, intimidación y robo de ganado por sicarios que responden a los grandes hacendados.
«El cultivo de algodón ha experimentado un auge en las últimas décadas y se ha convertido en un desastre ambiental. Si tienes ropa de algodón, toallas o sábanas de H&M o Zara, es posible que estén manchadas por el saqueo de El Cerrado. Estas empresas hablan de buenas prácticas, responsabilidad social y esquemas de certificación, afirman invertir en trazabilidad y sostenibilidad, pero todo esto ahora parece tan falso como sus arreglos de vidriera“, condenó el director de Earthsight, Sam Lawson.