Érika Ramos afirma que hay que disfrutar el camino, saborear cada día y decidir a vivir plenamente durante todo el recorrido para que estés tan despierto, tan atento, tan dispuesto, que no tengas otra opción que ser feliz
El hombre siempre, de un modo o de otro, ha buscado el sentido de su existencia y la conexión con lo divino y esto lo vemos de manera mas detallada en los rituales de fin de año y el recibiendo del nuevo año.
Entre rituales, decretos, afirmaciones o listas de deseos hay preparaciones y acciones año a año con la firme convicción de renovar esperanzas que nos hagan sentir que todo puede ser mejor. Percibir siempre que podemos mejorar lo vivido, darle otra mirada a ese pasado que puede atormentar y muchas veces queremos eliminar. Pretendemos hacer reseteo, olvidando o queriendo olvidar que somos seres históricos, seres que vamos creciendo y construyendo el camino. En lo aprendido durante ese transitar, en lo que asimilamos en ese recorrido es que obtendremos la madurez que necesitamos para entender o aceptar cada lección que se nos mostró. Esto si queremos aprender. Si no, basta con no asumir nuestra responsabilidad en esas decisiones que no tomamos, las opciones que no tomamos y los riesgos que no emprendimos, para ser absolutas victimas de lo que ocurrido y desde allí difícilmente creceremos o por lo menos no nutritivamente.
En estos rituales de año nuevo, ante tantas ganas de “volver a comenzar”, ante tanta urgencia de purificarnos para poder recibir las bendiciones de año nuevo, es importante tomar conciencia de lo vivido en el año que estamos cerrando y poder metabolizar cada evento, cada encuentro, cada detalle, cada persona con la que conectamos, cada compartir y desde la mirada que le demos a todo ese examen, poder tomar nota de todas las lecciones que quedaron. Poder “darnos cuenta” de todo lo que la vida nos mostró y entonces decidir con lo que me quedo, lo que desecho, lo que ha sido nutritivo, lo que puede sobrevivir, pero con ciertos ajustes y lo que definitivamente ya no es de utilidad.
Se necesita tiempo, ganas y absolutos deseos de crecimiento para poder hacer esta tarea, colocarnos en una posición completamente desnudos y tomar una actitud muy objetiva para conectar con todo lo vivido en el año que estamos cerrando, asumir nuestra responsabilidad en cada experiencia vivida y desde esa conciencia de responsabilidad, hacer las correcciones que hagan falta. Ese propósito de la enmienda, ese arrepentimiento genuino que nos lleve a construir una mejor versión de nosotros mismos y un creer genuinamente que mientras estemos vivos, tenemos posibilidades, tal como lo afirmo Viktor Frankl.
Soy humanista y por esta razón creo en la posibilidad constante de convertirnos en mejores personas. Soy firme creyente que todo depende de la conciencia que decidamos ampliar y la responsabilidad que deseamos asumir de nuestros actos y nuestras elecciones para poder hacerlo mejor.
En estos días próximos a terminar un año, invito a meditar sobre esa creencia de que existe un nuevo comienzo, revisar nuestras verdaderas intenciones en lo que estamos haciendo y evaluar las brechas entre lo que queremos lograr y lo que estamos haciendo para lograrlo.
Todo año nuevo es volver a tomar el tiempo para un nuevo comienzo, es repetir la Creación.
Construyamos pues, constantemente, nuestra versión regenerada. Esa que nos muestre lo creadores y creativos que podemos llegar a ser para renovar nuestros propósitos de vida y para repotenciar una vez mas, nuestras ganas de trabajar en nosotros mismos, desde el amor, desde la ampliación de conciencia y desde lo responsables que somos de nuestros propio crecimiento espiritual, personal, profesional y económico.
Recordemos siempre que antes de nuevas creaciones siempre habrá caos que nos lleve a conocer nuestro punto de quiebre y la capacidad que tenemos para renacer constantemente. Concienticemos continuamente la invitación que nos presenta el Universo, la divinidad para tener una vida “Nueva”.
Realizar buenas acciones hacia otros nos hace construir la divinidad. Buenas acciones primero con nosotros mismos: centrándonos en todo lo vivido, todo lo recorrido, todo lo aprendido. Recrearnos en el milagro creador que poseemos.
-El fuego nos reconecta con la creación de todo, enciende velas, a mí me encanta. Me recuerdan la luz con la que impregnarme.
-Escribe tu lista de intenciones para el 2024, escribir es terapéutico.
-Afirmemos todo lo que queremos lograr y vamos a convencernos profundamente de las capacidades que tenemos para lograrlo.
El tiempo es ahora, el día es hoy, solo basta creerlo y comenzar a construirlo.
Espero entonces, que este año 2024 sea el Universo de posibilidades que estabas esperando para comenzar a manifestar los milagros en tu vida.
Deseo puedas conectar durante todo el 2024 con tu capacidad Creadora y puedas construir cada meta que te propongas para crecer siempre desde el amor.
Disfruta el camino, saborea cada día y decídete a vivir plenamente durante todo el recorrido para que estés tan despierto, tan atento, tan dispuesto, que no tengas otra opción que ser feliz.
