Miguel Arcángel es el protector de la Iglesia y abogado del pueblo elegido de Dios. La Iglesia católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia universal
Este viernes 29 de septiembre numerosos devotos de San Miguel Arcángel se dieron cita en las inmediaciones de la Plaza Altamira para honrar al arcángel al que los venezolanos piden por el desarrollo del país, la lucha en contra de la criminalidad y la liberación de los presos políticos.

Leocenis García, coordinador del Partido ProCiudadanos, organiza cada año la procesión en la que los seguidores de Miguel Arcángel se congregan en procesión para honrar y hacer sus peticiones.
Para los cristianos, Miguel Arcángel es el protector de la Iglesia y abogado del pueblo elegido de Dios. La Iglesia católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia universal. La Iglesia copta lo considera el primero de los siete arcángeles, junto con Gabriel, Rafael y Uriel. Para los testigos de Jehová, Miguel se encarnó como Jesucristo.

Miguel es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, uno de los ángeles caídos. Por eso, en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, tomaría parte en el Juicio final.

Oración para pedir la protección del Cielo:
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.