El portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque ingresaron al área de control del Comando Sur en el Atlántico, lo que aumenta de forma drástica el despliegue naval que ha exacerbado las tensiones con Venezuela.
Se trata del superportaaviones de última generación, el más avanzado de la flota de Estados Unidos.
Si bien la zona de responsabilidad del Comando Sur en el Atlántico incluye extensas áreas oceánicas, el USS Gerald R. Ford se aproxima a la región después de que el presidente Donald Trump ordenara su traslado, desde el Mediterráneo, el pasado 24 de octubre, mientras justifica una lucha contra el narcotráfico y vincula al Gobierno de Nicolás Maduro con el llamado Cartel de los Soles. Caracas niega esas acusaciones.
El objetivo es “reforzar la capacidad de EE. UU. para detectar, monitorear e interrumpir a actores y actividades ilícitas que comprometan la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos”, según declaró el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, el pasado octubre cuando confirmó el traslado del portaaviones.
El despliegue del USS Gerald R. Ford representa una importante escalada del poder militar en una región que ya ha experimentado una inusual y gran concentración de tropas estadounidenses en el mar Caribe y las aguas que rodean a Venezuela.
Desde el pasado 19 de agosto, Trump anunció el inicio de ese despliegue naval que ha estado seguido de numerosos ataques contra supuestas narcolanchas en el Caribe y Pacífico. Los más recientes, confirmados el lunes 10 de noviembre por el secretario de Defensa Pete Hegseth, se registraron el 9 de noviembre contra dos embarcaciones y dejaron al menos seis personas muertas.
La cifra total de asesinados en esas embestidas aumentó así a al menos 76 personas, señaladas por Estados Unidos como “narcotraficantes”, aunque Washington sigue sin mostrar pruebas de sus acusaciones y Caracas lo acusa de pretender un cambio de régimen en su país.
Estas ofensivas también han escalado las tensiones entre el Gobierno de Donald Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro, uno de los mayores críticos de esas operaciones. Pero estas tensiones le han valido, incluso, que el líder de la Casa Blanca lo acusara de supuestos vínculos con el narcotráfico y su inclusión en la denominada “lista Clinton”.
Con información de Reuters, EFE y AP






