En el núcleo de las artes caraqueño, un breve pasadizo que atraviesa la historia humana y la grandeza teatral, presta sus espacios para el despeje de quienes transitan la zona. De día, un espacio que ofrece bebidas calientes o refrescantes, algunos aperitivos para pasar el rato e incluso espacios para la promoción cultural; de noche, una fiesta incesante con lugares de comida rápida, bebidas espirituosas, baile y hasta karaoke.
Se trata del Eje del Buen Vivir, ubicado entre el Teatro Teresa Carreño y el Museo de Ciencias (ambos en Bellas Artes, Caracas), espacios que, de acuerdo con promotores culturales de la zona, fueron recuperados y abiertos al público hace 14 años.
La mayor actividad en este pasadizo se evidencia los fines de semana y durante las festividades. Sin embargo, heladerías, cafeterías y lugares que venden alimentos, prestan sus servicios durante toda la semana.
Empieza la movida nocturna
Mientras tanto, la ruta nocturna, que suele tener más fuerza los días viernes y sábados, inicia a las 7 de la noche y se extiende hasta las 11:00 p.m. «a veces un poco más, dependiendo de cómo esté el movimiento».
«Si te soy sincero, lo único que le hace falta a este lugar es promoción«, comentó Cristhian Contreras, dueño del local más antiguo que hace vida en el Eje del Buen Vivir y que ofrece una experiencia nocturna que incluye coctelería, karaoke y, ocasionalmente, shows con música en vivo para amenizar el ambiente.
Con su coctelera en mano, que agitaba con fuerza para obtener un coctel que refrescara a un próximo cliente, el pequeño empresario aseveró que el Eje del Buen Vivir es un lugar «muy bueno», ya que «aporta a la sociedad, aporta a Bellas Artes como tal, a todo lo que llaman la Candelaria, porque le da más vida al lugar, y entre más vida haya, menos delincuencia«.
Alimentos, bebidas y juegos de mesa
Por su parte, Samuel Rivas Villegas, dueño de otro local dentro de la ruta, ofrece junto a su equipo un espacio enfocado no solo en la gastronomía y coctelería, sino que aporta distintos juegos de mesa que pueden disfrutar los consumidores del local.
Hace dos años que opera en el lugar, y desde el primer día trajo consigo un aporte diferente, el acompañamiento lúdico: «Aparte de la gastronomía y la coctelería o las bebidas sin alcohol, también le ofrecemos al público, sin ningún costo adicional, que se pueda incluir en el espacio por medio de los juegos, ya sea el dominó, cartas o jenga, para hacer un espacio ameno a la unión familiar».
«Este es un espacio destinado a la diversidad, para promover la cultura», destacó al respecto del Eje y aseguró que el lugar está diseñado para atraer a «un público familiar de todas las edades. Aquí puedes venir, pasar un rato agradable con tus hijos, es un sitio seguro y cerrado que está ubicado propiamente en los jardines del Museo de Ciencias», añadió.
Además, aseguró que los establecimientos ofrecen precios asequibles para el consumidor: «Realmente, muchas de las personas están bastante contentas por los precios que manejamos. Por ejemplo, tenemos promociones de cinco mojitos por 6 dólares. Es un precio que en Caracas no es fácil conseguir».
Asimismo, mientras esperaba a su equipo para posar ante una cámara que más tarde revelaría los rostros detrás de su emprendimiento, detalló que en lo que respecta a la gastronomía, ofrecen hamburguesas en combo, con papas fritas y bebidas a un precio de cinco dólares.
La movida cultural
En palabras de Jessica Cedeño, conocida como Jessy, y quien se dedica a animar el karaoke de uno de los locales del sector, en el Eje «siempre se está haciendo una movida cultural y eso lo lleva el mismo centro del eje del Buen Vivir«, explicó haciendo referencia al grupo encargado de las actividades en este espacio para el despeje, «el eje funciona con el Museo de Ciencias».
«Junto al Museo de Ciencias, ellos llevan todo lo que son las actividades culturales en todos los quioscos y aparte de eso hacen reuniones en la entrada, donde siempre ponen tarimas culturales y traen bastantes personas para hacer muestras de poesía, teatro y música», detalló.
Indicó, siempre con una sonrisa cargada de energía, que muchas veces las actividades se llevan a cabo a lo largo de la semana, especialmente los días viernes o sábados, «dependiendo del evento que se vaya a realizar (…) también le dan promoción a las artesanías venezolanas, con barro, tejidos nacionales e internacionales, brindado espacio a los emprendedores venezolanos y caraqueños», precisó, aclarando que la magnitud de los eventos varía según la celebración.
Las familias se congregan
José Martínez suele acudir con su familia al Eje del Buen Vivir, una práctica que se extiende a sus visitas teatrales, que le recuerdan la belleza de su juventud cuando formaba parte de un grupo de teatro con quienes muchas veces ensayaba en lo que ahora es esta ruta cultural:
«Yo vengo desde hace un montón de tiempo. Hace muchos años yo tenía una organización que se llamaba Piso Creativo, era de teatro. Pero te estoy hablando del 98 o 99 y hasta el 2010 la tuve. Hacíamos teatro con apoyo de la Unearte; hacíamos obras de teatro, entonces nos prestaban los sitios, los espacios y aquí practicábamos, aquí en estos espacios, detrás del museo», expresó con cierta nostalgia en la mirada.
Ahora las visitas al lugar las hace con los suyos: «A nosotros nos gusta mucho el teatro y venimos a ver las obras en el Rajatabla o en el Teresa Carreño y después nos venimos para acá«, indicó, detallando que sus encuentros en el sitio suelen ser mensuales o bimensuales.
En cuanto a la sensación de seguridad en la zona, comentó que se siente en un ambiente ameno y para nada inseguro: «Antes había mucha inseguridad, hace muchos años, y ahora no, ahora está tranquilo. Lo único que es que ahora trancaron el paso que conectaba con el Teresa Carreño, ya no se puede pasar de allá para acá o de aquí para allá. Se pararon las organizaciones, quizás. Pero aquí es muy agradable y no lo siento inseguro, además es muy económico«.
Actividades por local
En el primer quiosco suelen organizarse actividades relacionadas con el yoga, acompañado de vino, así como samba, karaoke y «actividades movidas», explicó Jessy. Mientras tanto, el segundo local ofrece actividades como juegos de mesa para la familia.
En el tercer quiosco, indicó, casi siempre ofrece actividades relacionadas con la poesía, «suelen ser de gremios un poquito más cerrados, pero siempre dándole ese impulso a los autores venezolanos, compositores venezolanos, canciones de tambor, cosas más autóctonas».
Por su parte, según describió la consultada por Contrapunto.com, en el cuarto local la gastronomía venezolana es la protagonista.
Seguridad y movilidad
El acceso a la zona suele ser sencillo, considerando la cercanía de la estación del metro de Bellas Artes, situada a tres cuadras del lugar, así como la presencia de diversas paradas de autobús y Metrobús.
Además, los comerciantes y promotores culturales que hacen vida en el Eje del Buen Vivir aseguran que el espacio cuenta con vigilancia suministrada por el Museo de Ciencias, que también son los encargados de cerrar el ingreso al lugar, una vez culminadas las actividades.
«Todo lo que es la plaza de los de los museos y sus alrededores se cierra un poco más temprano, pero el Eje se cierra a las 11. Como tal, a las 10:30 p.m. ya no hay oportunidad para entrar, pero se puede salir hasta la hora de cierre. Son los mismos vigilantes del eje del Buen Vivir que nos dicen a nosotros: ‘Mira, ya hasta aquí. Dos canciones más o tres canciones más’ (…) Todo depende, todo depende del día y de la ocasión», indicó la animadora del karaoke en uno de los locales de la ruta.
Asimismo, mencionaron la existencia de un módulo policial que se encuentra situado «a dos cuadras del metro de Bellas Artes, así que tiene bastante o fácil movilidad, así que con la seguridad realmente no hemos tenido ningún tipo de problema en este espacio», precisó un comerciante.
La visión del empresario
Al ser preguntados sobre la rentabilidad de su negocio, los comerciantes consultados aseguraron que la perseverancia es la clave para atraer a nuevos visitantes y mantener sus negocios en pie.
Los dos primeros locales suelen ser los más activos en lo que a la ruta nocturna se refiere, mientras que los demás apuestan un poco más por la oferta diurna. No obstante, la animadora musical -que trabaja en el Eje del Buen Vivir desde hace tres años- atribuye esta baja intencionalidad de los negocios de extender su horario en la zona, ya que «han cambiado varias veces de dueños».
«Ciertamente, tocar los puntos de economía es complicado por la situación país. Como emprendedor no es fácil, constantemente hay que estar renovando, hay que estar buscando la manera de ofrecerle al público productos más accesibles sin tampoco perder o desmejorar lo que ofrecemos», precisó Rivas.
Mientras tanto, Contreras sostiene que la receptividad de los visitantes ha sido muy buena durante años y aseguró que su negocio efectivamente mantiene síntomas de rentabilidad: «Sí da, el local sí da, lo que hay que poner es dedicación y te da. Eso siempre retribuye y siempre se recibe lo que da», aseguró.
Un respiro caraqueño
Ya sea un comerciante muy alegre y compenetrado con su equipo, un espíritu fiestero o una cantante ávida de público para mostrar sus dotes en el arte del karaoke, los personajes de esta historia permanecen trabajando para seguir nutriendo un espacio para el respiro caraqueño, y al referirse a los caraqueños se incluye a todos los ciudadanos que habitan y visitan la ciudad desde cualquier rincón de Venezuela o del mundo.
Entre tantas noticias, también es importante destacar estos espacios para el despeje, que pueden cobijar y acompañar a todo aquel que quiera alejarse brevemente de la rutina, o hacer de un recorrido casi turístico parte de su día a día.
