Salarizar los bonos que ya se pagan es uno de los planteamientos. El otro, retomar la propuesta de llevar el salario mínimo a 200 dólares
Dos protestas en dos semanas confirman que los gremios de la Universidad Central de Venezuela (UCV) siguen adelante en sus demandas por mejores salarios. Este jueves 27 de marzo los profesores, empleados y obreros volvieron a protestar unidos, igual que lo hicieron el 19 de marzo, alentados por una realidad que esperan cambiar: sueldos de menos de 20 dólares al mes en el caso de los universitarios. Y un sueldo mínimo de 130 bolívares que, si el dólar sigue subiendo, va a llegar a casi cero.
«Aproximadamente la mitad de nuestros profesores se han ido» y esta situación «va a acelerar el proceso de deserción de nuestros docentes», advierte el presidente de la Apucv, José Gregorio Afonso. Empleados y obreros continúan con el horario flexible, porque -como lo apuntaron los dirigentes de ambos sectores- es más lo que gastan al ir a trabajar, que lo que les pagan como remuneración. Por todo esto «el salario debe reconstruirse», enfatiza EDuardo Sánchez, presidente de Sinatra-UCV.
Con un salario de ocho dólares al mes no hay mucho entusiasmo en la generación de relevo por tomar el rol protagónico en las aulas. «Nosotros vivimos precariamente», admite Afonso. «Tenemos tres y cuatro trabajos para mantenernos, lo que violenta la condición humana y la condición de los académicos y los trabajadores en general. Estamos en un franco deterioro que requiere un cambio, y ese cambio solo puede ocurrir con salarios para los universitarios y para los trabajadores en general».
No es solo detener la huida de los docentes. Es, también, garantizar el avance de la ciencia: tal como lo recordó Afonso, en las universidades se hace 75% de la investigación del país.

Posible «RCP»
Entre los gremios y el Ministerio de Educación Universitaria hay canales de comunicación, pero no han llevado a nada. «Se los dijimos claramente: vamos a acordar una agenda de discusión sobre lo que puedan decidir, porque no se trata de conversar por conversar», aclara Afonso. La situación es sumamente grave. Usted no puede, con un paciente que está a punto de morir, meterse en una junta médica y nos olvidamos del paciente. No. Tienen que reanimarlo, y la reanimación básica sería que muestren un aumento salarial ya. Si no lo puede discutir el Ministerio de Educación Universitaria, entonces que gestione con quien podemos tratar ese tema».
Lo que se conoce como RCP es la reanimación cardiopulmonar, o abordaje de emergencia cuando un paciente entra en un estado crítico en el que no respira o no tiene pulso. La «RCP» que proponen los gremios ucevistas comienza con lo ya existente; es decir, con la salarización de los bonos.

«Ellos pagan dos bonos. Un bono que llaman de guerra económica, de 90 dólares; y uno de 40 dólares de bono de alimentación. Hemos dicho que nos salaricen el bono de guerra, que son 90 dólares. Vamos a comenzar por ahí, y seguimos discutiendo. No es suficiente, pero es una muestra. Lo que no puede haber es que permanezcamos con la misma política», asevera Afonso.
Sánchez, por su parte, reiteró la solicitud de varias centrales sindicales en la mesa de negociación facilitada por la Organización Internacional del Trabajo: 200 dólares. «¿Insuficiente? Sí. Pero por lo menos es un punto de arranque que nos permite decir que la política de eliminación del salario está derrotada».
El 19 de marzo a los gremios no les permitieron marchar hasta la sede del Ministerio de Educación Universitaria, y los dirigentes prefirieron no entregarles a los viceministros -que acudieron a la entrada de Plaza Venezuela- el pliego de peticiones. La próxima semana realizarán una asamblea intergremial para seguir fortaleciendo el músculo de la organización.