«El liderazgo, en este momento, requiere mucho de inteligencia emocional» a escala mundial, subraya el psicólogo y socio de la firma de consultoría y de banca de inversión Moore GSF. Capítulo aparte el de los emprendedores: «El reto del emprendedor no es que el producto no sea bueno, sino la profesionalización necesaria»
Pasó de la planificación faraónica (cercana a su nombre, por cierto), a la planificación concreta por escenarios y no por tiempos. Aknatón Matute, psicólogo y socio de la firma de consultoría y de banca de inversión Moore GSF, además de gerente general del fondo de inversión Alalza, enfatiza que trabajar en función del escenario te obliga a ponerte en otro espíritu y a operar de una determinada manera… Hasta que «te cambies la cachucha de nuevo».
«El liderazgo, en este momento, requiere mucho de inteligencia emocional» a escala mundial, reflexiona Matute en conversación con contrapunto.com. «Es una de las competencias que más se destaca, es un predictor de éxito profesional». Esa gerencia emocional «implica no gerenciar solo con los titulares. Cuando la gente lee, o escucha,. que Trump hizo una serie de planteamientos, para muchos de nuestros clientes en la consultora eso se tradujo en llamadas; era como si estaba cercano el Apocalipsis, o algo por el estilo».
Si los líderes «no se dedican a acompañar aguas abajo, a hacer ese paseo por el pasillo y dar una palmadita y preguntar cómo estás entendiendo el asunto, pierden algo crucial, que es la alineación: que la gente haga algo que está claro y acordado en la mesa».
Cuando se está en una situación de incertidumbre, y esto vale para los gerentes, «tienes que esforzarte por dar la mejor versión de ti en lo profesional y lo personal, pero lo que suele pasar con frecuencia es lo contrario: la situación te lleva a la peor versión. La gente siente que su puesto está en vilo, que la de finanzas no entiende, que la de operaciones no comprende».
Por eso el resto del líder es reforzar la alineación, reitera. «Pero lo haces a partir de una visión conjunta. Es razonable que muchas personas piensen en este momento que se dedicarán a otra cosa, o ampliarán el portafolio de productos, o harán que las cosas sean más eficientes, o bajarán la santamaría. Eso forma parte de las decisiones razonables».
Acompañar la inteligencia emocional
Matute considera que, en esta etapa, para sacar el mayor provecho de la inteligencia emocional «tienes que recurrir a la inteligencia artificial» y tener escenarios para la discusión con los equipos.
-¿Cómo se desarrolla la inteligencia emocional?
-Como muchas cosas en la vida: con zanahoria y garrote. En la vida vas a partir de las experiencias que tienes en el ámbito familiar, en lo profesional. Pocas veces nos damos cuenta de que hay que desarrollar de manera formal el acompañamiento de la inteligencia emocional. A algo a lo que eres alérgico en un entorno de incertidumbre, aunque debería ser lo contrario, es al aprendizaje. Hemos sido especialistas en reinventar muchas cosas, más que tropicalizar, como los retos gerenciales. Eso es una demostración de inteligencia emocional, pero es difícil pasarla como un testigo. Es como el artesano que se convierte en un maestro de su arte.
La consultora trabaja, entre otras áreas, en el acompañamiento para el «pase de testigo organizacional». En el caso de las empresas familiares «se enfrentan al gran reto de que la segunda y tercera generación reciban ese testigo adecuadamente».
El analista apunta que otro reto gerencial es que coincidan, en un mismo sitio de trabajo, varias generaciones: el fundador, un hermano menor o un hijo, actores de 30 a 40 años, personas de 20 a 30 «y el chamo que está saliendo de la universidad». Hacer confluir estos distintos puntos de vista se ha convertido en un desafío para los líderes.
Los retos del gerente venezolano
La realidad venezolana tiene sus propios retos, subraya. Uno de ellos es el diferencial cambiario, que obliga «a responder a todas las necesidades intentando calzar una realidad que es distinta en bolívares y en dólares, lo que te obliga a estrategias de costoeficiencia» para la importación, la logística y pérdida del poder adquisitivo del cliente. «Hay empresas en el mundo que han logrado, con éxito, atender a poblaciones donde se pierde la capacidad adquisitiva, e igual siguen». Se enfocan, por ejemplo, en la base de la pirámide, como ha ocurrido en Colombia y en Brasil. «Ya el consumidor no va a venir simplemente porque tu marca o tu producto es bueno, porque está más sensibilizado con el precio».
Se habla mucho de «pensar fuera de la caja», pero reinventarse como líderes y como organización «sigue siendo una realidad, más allá de los anuncios y del acontecer internacional o político», destaca Matute. «El reto de 2025 es seguir adelante en ese propósito».
En su consultora, entre otros servicios, presta el apoyo «de las manos» para que los decisores puedan repensar sus organizaciones. También, en el acompañamiento de un talento que sigue atendiendo retos «y que tiene que crecer haciendo».
Las cosas van cambiando, reitera, «y las soluciones de hoy son los problemas del mañana». Por eso, «cuando disparas desde la cintura, en medio de la incertidumbre, el lógico que no dispares de manera alineada. Uno de los retos de cualquier organización es que el líder, o el gerente general, disparan sin considerar otras realidades». Una decisión financiera sin visión a largo plazo puede llevar a que «hoy vendemos un poquito más caro, pero mañana no tenemos clientes». O si solo «ves lo comercial, pero no ves la rentabilidad, tienes un montón de clientes pero no puedes seguir comprando porque no eres rentable». Otra mala decisión: pertrecharse de inventario sin tomar en cuenta la rotación del producto o su ciclo de vida.
Emprendimiento con cabeza fría
Una de las líneas de trabajo de Matute es la de los emprendedores. Cuenta, con base en su experiencia, que ha visto cómo hay emprendedores que reciben mercancía navideña fuera de la temporada debido a la falta de planificación o a no tomar en cuenta otros factores de la realidad local.
Por eso, insiste en algunas habilidades. «Las personas que no solamente son buenas en saber hacer, como una torta, sino que tienen disposición a dejarse asesorar, en líneas generales son más exitosas. El reto del emprendedor no es que el producto no sea bueno, sino la profesionalización necesaria». Es cierto que todos deben pasar por ser «toderos», remarca, pero «esa integralidad tiene sus límites, y debes entender hasta dónde debe llegar para no sacrificar la calidad».
Otro factor que impacta en el emprendimiento «es el socio o el familiar que te acompaña», porque «a veces tienen visiones distintas, porque tienen velocidad distinta de cómo reaccionar. Cómo una hermana, un tío, un compadre, te acompañó, pero en algún momento debes decir ‘gracias, pero hasta aquí’. Es muy difícil». Son personas «que han apostado por ti, pero no tienen los conocimientos técnicos necesarios para pasar al siguiente nivel».
