El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, aseguró este miércoles en una visita a la dirección de Inteligencia del Ejército que la respuesta hebrea al ataque masivo de Irán del martes pasado será un ataque «potente, preciso y, sobre todo, sorprendente».
«No entenderán qué ha pasado y cómo ha sucedido», dijo Gallant, según ha difundido su oficina esta tarde.
El titular de Defensa defendió que el ataque iraní -que consistió en el lanzamiento de 180 misiles balísticos contra el territorio de Israel- fue «agresivo» pero no preciso.
El bombardeo de la república islámica dejó solo un muerto, a pesar de su dimensión, y se trató de un palestino en la ciudad cisjordana de Jericó, al cual aplastaron los restos de la intercepción de uno de los misiles.
Además, las fuerzas armadas reconocieron que algunos misiles lograron impactar en el centro y sur del país, en las inmediaciones de bases como la de Nevatim -en el desierto del Negev– o la de Tel Nof -en el centro del país- pero desde entonces las autoridades se jactan de que estas siguen operando.
«La Fuerza Aérea resultó ilesa, todas las pistas están operativas, nuestras actividades continúan, ni un solo avión fue dañado, ni un solo soldado o civil resultó herido», continuó el ministro, obviando a la víctima palestina.
Esta tarde, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, mantuvo una llamada telefónica de unos 50 minutos con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para tratar la represalia del Estado hebreo contra Irán, sobre la que aún no han trascendido más detalles.
El pasado 1 de octubre, el ataque masivo de Irán hizo sonar las alarmas en todo el país, obligando a refugiarse a millones de personas.
Entonces, las autoridades iraníes reivindicaron la operación como una respuesta al asesinato del líder del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala, en un bombardeo iraní, así como al del que fuera líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en otro ataque en Teherán que Israel nunca reivindicó ni desmintió.
Las hostilidades entre la república islámica y el Estado hebreo se enmarcan en los últimos días en la campaña de bombardeos y operaciones terrestres de Israel en Líbano -en el sur, este y Beirut, la primera, y sólo en el sur, las segundas.
Esta campaña culmina un año de intercambios de fuego entre Israel e Hizbulá en torno a la frontera con Líbano, que deja más de 2.100 muertos en este país, concentrándose la gran mayoría en los ataques hebreos de las últimas dos semanas.
La campaña israelí en Líbano ha obligado además a desplazarse a más de 1,2 millones de personas.