Un grupo de activistas ecológicos roció las columnas del Parlamento de Finlandia en Helsinki con pintura roja en un intento por llamar la atención sobre el daño que causan en Suecia al medioambiente las minas de turba operadas por la empresa estatal finlandesa Neova, informa Yle.
10 miembros de las organizaciones ecológicas Elokapina de Finlandia y Aterstall Vatmarker de Suecia fueron los responsables de los daños, según algunos comunicados de prensa.
La Policía local recibió una denuncia sobre los hechos alrededor de las 8 de la mañana y, posteriormente, detuvo a 12 personas en el lugar.
Helen Wahlgren, portavoz de Aterstall Vatmarker, afirmó que el Gobierno finlandés recibió 450 millones de euros de la Unión Europea para reducir la producción de turba, pero aseguró que simultáneamente Helsinki amplía sus operaciones en Suecia al abrir nuevas minas de turba sin importar las consecuencias negativas para el medioambiente. «Ya estamos hartos de dobles raseros y de políticos que juegan con nuestras vidas», aseveró.
«Por eso actuamos, y lo hacemos de una manera visualmente impactante que no pueda pasar desapercibida», sostuvo, por su parte, Valpuri Nykänen, portavoz de Elokapina.
La turba es una materia orgánica que se acumula durante miles de años en zonas húmedas y suelos forestales y se considera como un combustible fósil que, cuando se seca y se quema, produce grandes cantidades de dióxido de carbono. En 2022, Neova anunció que aumentaría el uso de este material en respuesta a la disminución de las importaciones de madera desde Rusia.