Gonzalo Himiob, director vicepresidente de Foro Penal, reportaba hasta ayer «185 mujeres arbitrariamente detenidas desde el 29 de julio». Uno de estos casos es el de Rosmery Gómez, madre de dos niñas, que fue aprehendida en el puente de Coche cuando intentaba proteger a su primo de la acción de la Guardia Nacional
Rosmery Gómez posiblemente sea un número para el sistema penal venezolano, pero no lo es para su mamá, Keigna Gómez. Rosmery tiene 25 años y dos hijas, y está presa desde el 29 de julio luego de ser detenida por la Guardia Nacional en el puente de Coche (Caracas). «La detuvieron con su primo. Ella iba a defender a su primo, de 18 años, porque a su primo lo agarraron. Por ir a defender a su primo a ella la agarraron, la golpearon, la maltrataron, le halaron los cabellos».
Ambos jóvenes estaban participando en un cacerolazo de protesta contra los resultados oficiales de las elecciones presidenciales. «Ellos estaban al lado de los guardias. En el momento en que comienzan a caer las piedras, empezaron a correr; ella iba agarrada de su primo, se soltó en el despelote». Su primo la vio, se devolvió y, en ese momento, lo apresaron los guardias. Ella trató de sujetarlo mientras el muchacho le pedía «no me dejes solo»; ambos fueron objeto de maltratos. «A mi sobrino lo arrastraron», relata Keigna.
A Rosmery la llevaron a Coche; de allí, a Maripérez. Después, a la Zona 7 de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Posteriormente, la trasladaron al INOF, y de allí, a La Crisálida, donde ya suma más de 14 días. «Es primera vez que pasa esto. Ninguno de la familia había pasado por esto», aclara Kegnia.
Su hija le ha contado que en La Crisálida les dan «comida llena de gusanos», y que «pareciera que sacaran de la basura la carne que no se comieron el día anterior y la ligaran con otra nueva». El agua para consumo no es de calidad. «Mi hija me dijo que hay 18 muchachas en una sola celda». Les colocaron literas y colchonetas. «Cuando llueve, eso huele a cloaca. Una muchacha que se enfermó, cuando le dieron una pastilla quedó prácticamente dopada. Inclusive, a una muchacha que tuvo un ataque de epilepsia, pasó una de las custodias y dijo que estaban fingiendo».
Como madre, Keigna participó este jueves en la reunión convocada por Foro Penal y Provea con familiares de ciudadanos encarcelados desde el 29 de julio, que se realizó en la sede de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv).
Hasta este 15 de agosto de 2024 Foro Penal registraba 185 mujeres detenidas en el contexto de la tensión generada por los resultados oficiales de las elecciones del 28 de julio. «Son 185 mujeres arbitrariamente detenidas desde el 29 de julio hasta el día de hoy a esta hora», explica Gonzalo Himiob, director vicepresidente de Foro Penal.
La mayoría «siguen privadas de libertad; se han liberado a algunas, muy pocas, pero la gran mayoría siguen privadas de libertad», detalla. Han sido trasladadas a la cárcel de el INOF y La Crisálida (Los Teques).
-¿En qué condiciones están?
-ES muy difícil saberlo, porque no hay ningún tipo de acceso. En muy pocos casos los familiares han podido hablar con los detenidos y, como se sabe, ha sido una instrucción no permitir que haya abogados distintos de los defensores públicos. En este momento es muy difícil constatar en qué condiciones están los detenidos.
-¿Han sido maltratadas? ¿Violentadas?
-Muy difícil constatarlo en este momento. Hemos tenido algunos reportes de Mérida, donde las mujeres detenidas habrían sido sujetas a algunas formas de abuso, pero reitero: no hay acceso, y esa es una de las irregularidades graves que hay. No hay acceso a los detenidos, por lo que es difícil saber si en este momento están siendo víctimas de maltratos, o no.
-¿Quién las detuvo?
-Las detenciones han sido a tal punto indiscriminadas y generalizadas, que han estado involucrados casi todos los cuerpos de seguridad del Estado.
-¿De qué se acusa a las mujeres detenidas?
-En la generalidad de los casos les han sido imputados los delitos de terrorismo, instigación al odio, desobediencia a la autoridad, traición a la patria, etcétera. Es decir, básicamente el catálogo de delitos que el Ministerio Público acreditó durante los primeros días de las protestas que les iban a ser imputados a los que ya habían sido detenidos y a los que fueron detenidos posteriormente.
Las detenciones se mantienen, aclara Himiob. «Como no ha habido manifestaciones no son detenciones masivas, sino detenciones selectivas».
Para poder visitar a su hija, Keigna Gómez debe ir con una franela blanca y un pantalón oscuro, ropa de la que debe despojarse. «Nos desvisten delante de una custodia, nos revisan los cabellos». Chequean los alimentos, les introducen cubiertos. Rosmery tiene dos niñas, y para poder cuidarlas, Keigna se vio obligada a dejar de trabajar. «Mi yerno está yendo y viniendo». La defensora pública les informó que la acusan de instigación al odio, terrorismo, alteración de orden pública y resistencia a la autoridad. No sabe cómo será el futuro. Pero sí sufre este presente.
