Estas partículas pueden llegar al torrente sanguíneo y de ahí alojarse en diferentes órganos
El agua embotellada es hasta cien veces peor de lo que se pensaba en cuanto al número de diminutos trozos de plástico que contiene. Así lo reveló una nueva investigación publicada el pasado lunes en una conocida revista científica norteamericana.
Utilizando una técnica de reciente invención, los científicos contabilizaron una media de 240.000 fragmentos detectables de plástico por litro de agua en las marcas populares, lo que equivale a entre 10 y 100 veces más que las estimaciones anteriores, generando preocupaciones relacionadas con la salud que requieran más estudios, reseña la agencia AFP.
“Si a la gente le preocupan los nanoplásticos en el agua embotellada, es razonable considerar alternativas como el agua del grifo“, declaró a la AFP Beizhan Yan, experto es profesor asociado de investigación geoquímica en la Universidad de Columbia y coautor del artículo publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences“.
“No desaconsejamos beber agua embotellada cuando sea necesario. El riesgo de deshidratación puede superar los posibles efectos de la exposición a los nanoplásticos“, aclaró el experto.
La atención mundial sobre los microplásticos se incrementó en los últimos años, los cuales se desprenden de fuentes de plástico más grandes y actualmente están por todas partes, desde casquetes polares hasta las cumbres de las montañas, llegando al agua potable y los alimentos.
Los microplásticos son todo lo que mide menos de5 milímetros, mientras que los nanoplásticos se definen como partículas más pequeñas que la milmillonésima parte de un metro, es decir, son tan pequeñas que pueden atravesar el aparato digestivo y los pulmones, entrando así al torrente sanguíneo y de ahí a los órganos, como el cerebro o el corazón. Además, pueden atravesar la placenta hasta llegar al feto.
Las investigaciones sobre su impacto en los ecosistemas y la salud humana son limitadas. Algunos estudios iniciales de laboratorio lo relacionan con efectos tóxicos, como anomalías reproductivas y problemas gástricos.
Para llegar a dicha conclusión, el grupo de científicos empleó una técnica denominada microscopía de dispersión Raman estimulada (SRS), inventada recientemente por uno de los coautores del artículo y consiste en sondear las muestras con dos láseres sintonizados para hacer resonar moléculas específicas, revelando lo que son a un algoritmo informático.
Analizaron tres marcas líderes, pero decidieron no nombrarlas al creer que “toda el agua embotellada contiene nanoplásticos y señalar tres marcas populares podría considerarse injusto“, afirmó Yan.
El equipo planea analizar el agua del grifo, que también contiene microplásticos, aunque en niveles mucho más bajos.