El de Maduro «es un paquetazo peor que el de 1989, porque nos lleva al hambre y a la miseria y además nos encierra, nos mete presos», acusa Eduardo Sánchez, dirigente del sector universitario. Por el hambre «la mayoría de la administración pública se fue para el sector informal», señala Carlos Salazar. Ambos coinciden en que no hay condiciones para regresar al trabajo, y no solo por la pandemia. Llaman a «romper el silencio» este 1 de mayo (sábado) en una manifestación en la calle a partir de las 10:00 a.m. y un cacerolazo a las 7:00 p.m.
Un salario mínimo de 143 dólares es lo que debe percibir, como mínimo, cada trabajador venezolano. “Vamos a ver qué van a hacer el 1 de mayo, porque el último aumento fue de 600 bolívares, una bofetada a los trabajadores”, subrayan Carlos Salazar, coordinador de la Coalición Sindical Nacional (CSN) y Eduardo Sánchez, presidente de la federación de trabajadores universitarios.
Lo que sí está claro es lo que harán las organizaciones sindicales críticas con la administración de Nicolás Maduro. “Este 1 de mayo todos los trabajadores, con todo y la pandemia, tomando sus medidas, poniéndose su tapabocas, manteniendo la distancia, llevando alcohol o cualquier desinfectante, los llamamos a que salgan a la calle”, invita Sánchez. Varios grupos de trabajadores se concentrarán en varios puntos entre Quinta Crespo y la Vicepresidencia a partir de las 10 de la mañana”. La otra protesta se hará de noche: Con un cacerolazo a las 7:00 p.m. “Vamos a romper el silencio. Como hay miedo a la pandemia y a la represión, desde tu casa puedes protestar si estás en contra de lo que está pasando”.
Salazar propone que quien desee sumarse toque un pito, apague la luz, saque su cacerola. “Nosotros no tenemos nada que hacer de Chacaíto para allá. Ahí no están los poderes públicos, ahí no se combate al hambreador. Al hambreador se lo combate tocándole la puerta”.
Las consignas son sencillas. “Vacuna para todo el mundo»,» salario digno para los trabajadores»,» liberación de trabajadores presos y libertad sindical”.
Empleados públicos en la informalidad
“El salario mínimo nacional es de 1.800.000 bolívares. El dólar está en 2.850.000. Tenemos un poquito más de medio dólar como salario mínimo. Los trabajadores reciben, en el sector público, entre siete y 12 dólares con las bonificaciones que dan, mientras en el sector privado, en algunos, esa bonificación es de 40 dólares cuando mucho”, resume Sánchez. Es decir, el ingreso varía entre 50 centavos de dólar y 40 dólares.
La canasta básica que calcula el Cendas-FVM “está por el orden de los 300 dólares. Es decir, nosotros estamos en este momento con el salario más bajo de América Latina, y uno de los salarios más bajos de todo el planeta”, afirma.
Para poder vivir, recuerda Salazar, “la mayoría de la administración pública se fue al mercado informal, trabajadores por cuenta propia” que son sometidos al cobro de “vacuna” por parte de algunos funcionarios policiales e integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana. “Les cobran ‘vacuna’ para que puedan trabajar en las calles de Caracas. Lo tenemos detectado en el municipio Libertador, pero pasa en Anzoátegui, pasa en Zulia. Tenemos denuncias de trabajadores de la economía informal que ahora son mayoría”.
Empleados públicos que trabajan como taxistas, que venden tortas, que ofrecen alimentos son la nueva realidad. “85% está en la informalidad”, asevera.
El salario en Venezuela “teóricamente desapareció. No hay salario: hay una simbología salarial. Si un trabajador gana 3 o 4 millones de bolívares mensuales, y eso no alcanza ni para pagar los pasajes, tiene que buscar la vida en la calle; no se va a dejar morir de hambre. Por eso todo el mundo sale a taxear, a vender, a trabajar para otro. He visto a profesores de porteros, o taxeando”, describe Sánchez.
También “desaparecieron los derechos laborales, porque el gobierno lanzó una política atroz, muy bárbara. Este es el capitalismo más salvaje que hemos conocido en los últimos tiempos. Estamos en la lógica del capital. Es el más salvaje y atrasado políticamente, porque pretende descargar todo el peso de la crisis en el hombro de los trabajadores, permitiendo además que el sector económico tenga favores”. Se refiere “a la dolarización de la economía, que es un hecho en todo el país, y lo único que no está dolarizado son los salarios”.
En un país en extrema pobreza la gente gana 1,98 dólares al día, detalla Salazar. “En Venezuela, si ganas 0,5 centavos de dólar al mes eres 30 veces más pobre que un país en extrema pobreza”. Los bonos del gobierno de Maduro no compensan, reitera, “y lo que ha invertido el gobierno en el pago son 6 millones de dólares, que de haberlos invertido en la economía hubieses podido hacer un despertar de la situación económica. Si abres la bolsa CLAP encuentras un harina que te la hacen en Brasil cuando en Brasil no comen arepa”. Por eso, sostiene, “el gobierno tiene una guerra contra los venezolanos y tiene un bloqueo contra el estómago de nosotros; tiene un bloqueo contra el desayuno, contra el almuerzo y la cena”. Para Sánchez “la bonificación salarial la subsidiamos nosotros” con el pago de impuestos como el IVA.
Detenidos y botados
¿Hay condiciones para que el sector público se incorpore plenamente al trabajo? La respuesta de Sánchez es tajante: No. “Hay un repunte de la COVID-19; este COVID-19 que está apareciendo en el país es más agresivo que el del año pasado. Tengo un promedio de cinco trabajadores en la UCV que mueren a la semana como consecuencia de la COVID-19”, y muchos piden ayuda para comprar equipos para respirar o medicamentos.
No hay condiciones de bioseguridad; tampoco, para poder pagar un pasaje. Para poder regresar “tienen que cambiar las condiciones, tienen que mejorar las condiciones económicas de la gente para poder volver porque el país tiene que volver al proceso de productividad y a la normalidad. También la pandemia se ha convertido en el elemento que tiene el gobierno para paralizar la lucha y la protesta de la gente”.
Los dirigentes denuncian que hay más de 150 trabajadores detenidos y llevados a tribunales acusados por supuesto odio o terrorismo: “Si no están presos, están bajo presentación y les prohíben declarar”. Hay “más de 100 trabajadores separados de sus cargos sin decisión del Ministerio del Trabajo”, cuerpos de seguridad que reprimen las protestas, denuncia Sánchez.
Los dirigentes reclaman “que liberen a los 150 trabajadores”, que se concrete el reenganche de 3.500 despedidos y la devolución de los locales sindicales que les han quitado, expone Suárez. También, que se elimine el instructivo de la Onapre que llevó “a la paralización del goce efectivo de las convenciones colectivas”.
Paquetazo peor que el de 1989
El gobierno de Maduro, “en nombre de un discurso de izquierda, que no lo es, van a aplicar unas medidas peores que las que aplicó la cuarta república en su momento, para suspender las reivindicaciones que la logrado la clase trabajadora por sus luchas durante 60 años”, acusó Sánchez.
-¿Estamos con un paquetazo como el de 1989?
-Este es un paquetazo peor que el de 1989, porque nos lleva al hambre y a la miseria y además nos encierra, nos mete presos.
-¿Es un paquetazo socialista?
-Me niego a llamarlo socialismo, porque no lo es. Eso es capitalismo salvaje y tiene muchos elementos del neoliberalismo.
-Nicolás Maduro dice que es presidente obrero.
-Puedo decir que es un presidente que viene de la clase trabajadora, pero que ya en estos momentos no nos representa. Por lo menos a nosotros no nos representa- replica Sánchez.
-Nicolás Maduro nos llevó a 1886. Tenemos que hacer nosotros la nueva gesta de Chicago, pero en Venezuela. Estamos en el siglo XIX, porque no hay estado de derecho. Ahora pretenden promover al contralor como presidente del CNE. Él no ha hecho nada por este país; producto de su inacción la corrupción creció galopantemente- acota Salazar.
Alegan, aparte de todo, que la Asamblea Nacional (AN) de 2020 “montó un tinglado para la negociación con las organizaciones sindicales”.
-¿Ustedes fueron llamados?
-No. ¿Llamaron a quiénes? A los cascarones sin fondo: a la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, que va a aplaudir las medidas que tomen contra los trabajadores. Llamaron a algunas organizaciones sindicales para decir que hay un diálogo social, pero con los trabajadores o conversaron. Esas organizaciones no nos representan- sentencia Sánchez.