El infierno no es un lugar, sino las dinámicas de relaciones y actitudes que niegan la vida y la luz
Este Sábado Santo, antes de la celebración de la resurrección, se hace memoria del descenso de Jesús a los infiernos. Cuando la biblia señala el infierno, no se está refiriendo a un lugar, sino a dinámicas de relaciones y actitudes que niegan la vida y la luz.
Hoy Jesús desciende al corazón del torturador para darle la oportunidad de volver a la vida; desciende al corazón de quienes siguiendo sus caprichos de poder con sus decisiones han condenado al pueblo al hambre y a la miseria; desciende a las entrañas de quien desprecia, como Judas, el valor de vida; toca con respeto la puerta del alma de quien ha decidido vender su alma al poder y a la riqueza y despreciar al hermano; va allí a los caínes de la historia para hacer un llamado de reflexión.
El propósito del Sábado de Gloria, es tocar los infiernos de nuestro corazón, nuestras zonas oscuras que aún se resisten a su luz; viene a ofrecernos un corazón de carne abierto a la pascua, a su resurrección, capaz de pasar del fuego del infierno al fuego del amor, de la vida plena.