Un 60% de la población venezolana tiene problemas alérgicos, y cerca de 10% presenta trastornos como obstrucción nasal, subraya Sajidxa Mariño, otorrinolaringóloga y creadora del centro Respira Libre
Pocas verdades se mantienen en el tiempo. En tiempos de coronavirus hay una que sigue vigente: el tapabocas llegó para quedarse. La otorrinolaringóloga Sajidxa Mariño, fundadora de los centros Respira Libre, afirma que a la mascarilla hay que darle la bienvenida «por un tiempo muy largo».
Los médicos «tenemos que ayudar a que las personas puedan mantener el uso de la mascarilla. Hemos tenido pacientes que han conseguido cupo en vuelo humanitario y no pudieron soportar, tuvieron que bajarse del avión porque no toleraban tanto tiempo con las mascarillas puestas». Una situación como esa era impensable, hasta que ocurrió.
-¿Es algo psicológico o es que no pueden respirar?
-Es algo real. No la toleran porque estructuralmente tienen un espacio disminuido, una cantidad de aire que no está entrando, otras condiciones que no están produciendo la humedad. No la toleran porque no la toleran. Hay que buscarle una solución.
Estos pacientes deben resolver sus problemas de base, pero también protegerse con mascarillas como las N95 «que siempre tienen una cámara de aire y no están pegadas al rostro».
No hay datos en Venezuela de personas afectadas por la intolerancia al tapabocas. Pero sí se sabe que 60% de la población tiene problemas alérgicos. Un 10%, que podría tener trastornos más graves, como obstrucción nasal, «no maneja bien el uso de la mascarilla».
Mascarilla por un tiempo más
Sajidxa Mariño augura que la gente tendrá que convivir con las mascarilla por un largo camino. Recuerda la polémica con las gotas de aerosoles, a las que se les atribuye potencial de infección especialmente en lugares cerrados, y por eso reitera que se debe tener la mascarilla puesta.
-¿Cuánto tiempo más?
-El tiempo que tardemos en tener una vacuna, que toda la población mundial esté vacunada, que se haya generado inmunidad y que estemos claros en que esta inmunidad es permanente.
-Suena eterno.
-Lo que hay que aprender es a cuidar la parte respiratoria, tratarnos los problemas respiratorios y escoger la mascarilla adecuada.
Toda persona con rinitis alérgica o trastornos asimilares debe aumentar la frecuencia de su lavado nasal «con soluciones isotónicas con agua de mar, recomendamos preferiblemente con válvula en spray para que no tenga regreso al pote de las secreciones y bacterias. Y buscar solución a su problema», subraya Mariño. Quien tenga hipertrofia de cornetes, pólipos nasales y rinitis debe tratarse.
«Siempre he recomendado la higiene nasal todas las noches» y ahora con más razón, explica la otorrinolaringóloga.
No por haber pandemia los problemas nasales se resolvieron, precisa. «Tenemos que seguir cuidando el resto de las patologías, más sabiendo que estamos en pandemia. Toda persona que tenga hipertrofia de cornetes, pólipos nasales, rinitis alérgica, apnea del sueño, roncador debe acudir a un especialista». Una de las opciones es el tratamiento láser en consultorio.
Las personas que ya se contagiaron con COVID-19 pueden tener, además, mayor sensibilidad, más producción de mocos, sangrado; algunos pacientes se han beneficiado del láser, apunta. «Recuerden que la inmunidad no es eterna» y que la enfermedad «puede repetir».