Sentirse devastada y solicitar el divorcio son parte de los sentimientos y decisiones que tomó Kellie Chauvin, esposa de Derek Chauvin, el policía de Minneapolis (Minnesota, EE.UU.), a quien se le acusa de asesinar al joven moreno George Floyd, al presionar con su rodilla contra el suelo.
El vídeo del joven afroamericano se viralizó en las redes sociales, donde los internautas rechazaron el hecho, puesto que el detenido murió poco después del suceso en un hospital.
Chauvin anunció que se siente «devastada» y que ha pedido el divorcio a su marido, aseguró su abogado en una declaración, citada por CBS. La muerte de Floyd desató una ola de indignación nacional en varias ciudades del país.
«Esta noche, hablé con Kellie Chauvin y su familia. Ella está devastada por la muerte del Sr. Floyd y envia sus más sinceras condolencias a su familia» reza la declaración emitida por la firma legal Sekula Law Offices.
El expolicía, que fue despedido junto con otros tres oficiales involucrados en la detención de Floyd, fue arrestado este viernes por la Oficina de Aprehensión Criminal de Minnesota y afronta cargos por asesinato y homicidio involuntario de tercer grado. Durante el arresto de Floyd, de 46 años, Chauvin le presionó el cuello con la rodilla durante al menos ocho minutos, a pesar de que el detenido estaba esposado en el piso y se quejaba de que no podía respirar.