El parlamentario es el dirigente político con más respaldo entre los venezolanos.
Juan Guaidó, regresó a Venezuela, después de una gira internacional que lo llevó a Colombia, Canadá, Estados Unidos y varios países europeos, con el reto de unificar a los venezolanos en torno a una hoja de ruta y un plan para generar un cambio político.
El país, según las encuestas, es mayoritariamente opositor. Los estudios más recientes de la encuestadora Delphos, dirigida por el profesor Félix Seijas, indican que 40% de los venezolanos se identifican como oposición, 23,4% como chavismo y 36,3% como «ninguno».
Delphos registra, además, que Guaidó es el principal dirigente político del país, con más de 45% de respaldo.
Eduardo Fernández, presidente del centro de políticas públicas Ifedec, subrayó este martes -en entrevista con Unión Radio- que la tarea principal de Guaidó es unificar a la oposición en una ruta clara, ya que este será el punto de partida para la unificación del país.
Fernández, insistió en el camino pacífico, democrático y electoral, y pidió al dirigente opositor reconsiderar su propuesta.
En este punto coincide con el Movimiento Al Socialismo (MAS). «La mayoría de las transiciones en el mundo se pueden dar por el ejercicio del voto», reiteró María Verdeal, vicepresidenta nacional de esta tolda política. Verdeal, estima que el «mantra Guaidó» (cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres) fracasó.
El trabajo a nivel internacional parece estar culminado.
El llamado Grupo de los 7, con la excepción de Italia, lo reconocen y le dan su respaldo. Los Jefes de Estado del Reino Unido, Francia, Canadá y Estados Unidos lo recibieron en su reciente gira. Sostuvo un encuentro en Davos, con la Canciller alemana Angela Merkel. Japón ha sido claro en reconocerlo como «Presidente Interino».
Sin embargo, los aliados internacionales no pueden hacer el trabajo en el terreno. Guaidó está obligado a conseguir la fórmula para darle cohesión a las fuerzas opositoras y unificar el discurso de quienes se proponen como una alternativa a Maduro.
Sin el apoyo articulado de las fuerzas opositoras, el trabajo de masas no será eficiente.
Mientras, la maquinaria del Psuv no se detiene y aceita sus engranajes para ir a unas elecciones parlamentarias. Le urge medirse y obtener un buen resultado para oxigenarse del desgaste de una gestión que no ha dado respuestas eficientes a la crisis económica.
El tiempo es enemigo de Guaidó. Si no logra su objetivo en el corto plazo, caerá ese apoyo que registran las encuestadoras de mayor prestigio del país y se impondrá la estrategia de Maduro de “dejarlo cocinarse en su propia salsa”.