El caso más emblemático de esta práctica fue el de Ernesto Rodríguez, un hombre de Carolina del Norte, Estados Unidos, quien en el año 2013 les tatuó el vientre a sus dos perros
Varias imágenes de perros tatuados se viralizaron en las redes sociales, práctica que desaconsejan las sociedades protectoras de animales y que además provocó la indignación de los usuarios.
El holandés Maarten Kaskens publicó en su cuenta de Twitter, fotos de diferentes perros con gran parte de su cuerpo tatuado.
«¿Qué idiota puede tatuar a su perro? Pues, desgraciadamente hay mucho idiotas», escribió el tuitero.
Y entre las fotos también se ve a un pequeño animal, recostado y anestesiado, mientras le están tatuando la zona de las costillas, algo que indignó todavía más a sus seguidores.
«Es un crimen en algunos estados realizar experimentos con tatuajes en animales», dijo en una oportunidad la sociedad protectora de animales de Estados Unidos (PETA).
Asimismo, la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad Animal (Aspca), señaló que «tatuar a un animal para el placer egoísta y la diversión de sus dueños, sin ninguna consideración por el bienestar animal, no es algo que nosotros apoyemos».
Las sociedades protectoras de animales desaconsejan tatuar a los animales por motivos estéticos, ya que lo consideran innecesario y que tiene que ver con el «placer egoísta» de sus dueños.
Entre los comentarios de los tuiteros indignados algunos aseguran, que los animales se estresan con el proceso del tatuaje, que les produce dolor y que se someten a un estrés absolutamente innecesario.
También en enero de 2020, un influencer ucraniano provocó el repudio de las redes sociales cuando se supo que había anestesiado a su pequeño gato para hacerle un tatuaje en el pecho.