Muchos sectores políticos que públicamente se mantienen al margen de las negociaciones formales con el gobierno están tendiendo puentes frente a la coyuntura política que se presenta
La norma es la reunión.
Todos los sectores políticos están moviendo sus piezas en el tablero, para evaluar cómo pueden insertarse en el proceso electoral de una manera coherente, con lo que ha sido su conducta pública.
Los factores decididos a participar y buscan amarrar alianzas. Y no son solo ellos.
Actores que han estado de espaldas y reacios con la participación electoral también se mueven. Uno de los encuentros que ha trascendido es la reunión entre María Corina Machado, de Vente Venezuela y Luis Eduardo Martínez, de Acción Democrática.
Se conoció que las bases de Vente Venezuela presionan a Machado por la participación. Los militantes no quieren quedarse fuera del escenario político de cada una de sus áreas de influencia.
De arriba hacia abajo
Las direcciones nacionales de los partidos que adversan a Maduro, intentan arropar en una sola plataforma las propuestas alternativas al chavismo, sin embargo, las regiones no están dispuestas a aceptar imposiciones que vayan en contra de lo que “ellos sienten en el terreno” de sus estados y municipios.
El mejor ejemplo de ello, es la comunidad opositora de Miranda.
Los alcaldes de Chacao, El Hatillo, Baruta y los altos mirandinos ya tienen candidato y no parece que van a echar para atrás.
David Uzcátegui se dibuja como “el gallo” que proponen para enfrentar al Psuv. Así mismo, se proponen para la reelección y Gustavo Duque, dijo tajantemente: “No espero por nadie para tomar la decisión de participar”.
Esta es la norma en las regiones.
Se está generando una presión de abajo hacia arriba, que las direcciones nacionales deberán saber leer para evitar que las bases le pasen por encima y se debilite aún más la opción opositora.
En la otra acera
En el Psuv la cosa cambia.
La dirección nacional tiene el músculo para quitar y poner candidaturas y en el más reciente encuentro del partido así quedó definido.
“Hay gente a la que se le meten los demonios”, dijo Cabello.
Esto no indica que puertas adentro del Psuv no haya diferencias. Las hay.
Maduro ejerce la principal fuerza sobre los partidarios del oficialismo. Muchas de las instancias de decisión están en manos de Maduro y los Rodríguez, aunque las bases puedan responder a Cabello, éste se mueve con cautela para no generar conflicto.
No es hora de hacer olas y hay que dar la sensación de unidad y se atiene a la consigna “leales siempre, traidores nunca”.
Los emergentes ni se asoman. Se espera. Es lo más sabio en este momento.
Mirando al CNE
Para el CNE, muchos asomaron la cabeza y colocaron su pieza. Empresarios, ONG, Capriles, el Psuv, los opositores que manejan los partidos expropiados. ¿Cuál será la correlación? ¿Por qué ampliaron el tiempo para recibir nuevos postulados? ¿Se quedó alguien fuera?
Se habla que en el mejor de los casos habrá en el directorio tres rectores claramente oficialistas y dos con caras opositoras.
El problema está en cuáles serán los sectores de la oposición que entraran en el cuadro de los rectores principales. ¿Será el vinculado a los partidos que participaron en las elecciones del 6D? ¿será el representante de los empresarios? ¿La facción opositora que representa Capriles? ¿Será uno propuesto por la sociedad civil?
El variable a despejar es si realmente el oficialismo tiene la necesidad de ceder esos dos puesto, ya que en la comisión para designar los nuevos rectores tendría la capacidad de imponer toda la directiva.
Hoy pesa mucho el tema geopolítico y mientras las acusaciones de violaciones de los derechos humanos, hechas por Michel Bachelet, son un fardo sobre la reputación de la administración Maduro, las declaraciones de Biden hacen que Rusia y China cierren filas alrededor de Maduro.
Desde el oficialismo ,se esgrime nuevamente el discurso del enemigo externo para tratar cohesionar su base dura.
¿Qué pasará?
No tenemos bolas de cristal solo los pies planos.
El juego sigue