Cuatro decidieron pasar a la clandestinidad y tres optaron por pedir refugio en embajadas
Diez diputados venezolanos fueron acusados de rebelión por su presunta participación en el alzamiento militar del 30 de abril, liderado por el parlamentario Juan Guaidó. Uno de ellos cumple este miércoles una semana detenido sin que se sepa el lugar exacto de su reclusión, se trata del primer vicepresidente de la Asamblea Nacional (AN), Edgar Zambrano, trasladado, a la fuerza, por una grúa que remolcó su vehículo desde las puertas de la sede de su partido, Acción Democrática (AD) en la Florida, en Caracas.
Pero, ¿qué pasa con los otros nueve?
Juan Andrés Mejía, según declaró a EFE el pasado fin de semana, optó por la clandestinidad. Lo mismo hicieron Sergio Vergara y Freddy Superlano, los tres del partido Voluntad Popular (VP); y también Simón Calzadilla, secretario general del Movimiento Progresista de Venezuela (MPV).
Luis Florido, exmilitante de VP, tomó la decisión de irse a Colombia. Richard Blanco se refugió en la residencia del embajador de Argentina. Américo de Grazia y Mariela Magallanes hicieron lo mismo, pero en la residencia del embajador de Italia.
El expresidente de la AN y secretario general de AD, Henry Ramos Allup, «está despachando normalmente», aseguraron a EFE sus colaboradores cercanos.
A todos los involucrados, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) los responsabilizó de la comisión flagrante de delitos como traición a la patria, conspiración, instigación a la insurrección, rebelión civil, concierto para delinquir, usurpación de funciones, instigación pública a la desobediencia de las leyes y el odio. La asamblea constituyente les allanó la inmunidad parlamentaria a siete de ellos.