«Las personas más jóvenes están determinando la propagación de la enfermedad en nuestra región», enfatizó Carissa Etienne, directora de la OPS
Ocurre en Venezuela, pero también en otros países del continente americano: se contagian con COVID-19 personas jóvenes, de menos de 60 años de edad. Pero la mayor mortalidad se registra en pacientes de más de 60 años.
La gran mayoría de los casos notificados en América son entre personas de 20 a 50 años de edad, resaltó Carissa Etienne, directora de la OPS, durante una rueda de prensa virtual este martes 25 de agosto. Sin embargo, «prácticamente 70 % de las muertes son entre personas mayores de 60 años».
Este patrón se repite en Venezuela, donde gran parte de los casos se registran entre personas de 20 a 49 años de edad. Con millones de ciudadanos obligados a resolver el día a día para sobrevivir (incluso, salir a buscar agua), y una población económicamente activa mayoritariamente en el sector informal, era de esperarse la explosión de casos en jóvenes.
Otra vía de contagio en el país, reconocida como tal por las autoridades, son las llamadas «coronaparty» o fiestas en las que se puede diseminar la enfermedad. Aun cuando están prohibidas, se siguen realizando.
Esto tiene implicaciones epidemiológicas claras. «Las personas más jóvenes están determinando la propagación de la enfermedad en nuestra región», enfatizó Etienne. Muchos jóvenes tal vez no se enfermen, pero lo propagan a otros que sí necesitarán cuidados intensivos por insuficiencia respiratoria, falla renal y trombosis. En otras palabras, uno de los riesgos del contagio en jóvenes es que enferman a quienes pueden presentar complicaciones, y -sin quererlo- aumentan el colapso del sistema de salud.
Pero los jóvenes también pueden agravarse y morir. Ha sucedido en Venezuela y en la región.