Venezuela necesita mucho más apoyo del que está recibiendo para atender la crisis humanitaria que la agobia. La nutricionista Susana Raffalli, asesora de Cáritas Venezuela en seguridad alimentaria, sostuvo que 13,5% de los niños menores de cinco años evaluados por Cáritas «tienen desnutrición grave, incluso con un alto riesgo de enfermarse y morir»
«Ni la ayuda humanitaria que está viniendo por Cruz Roja o que ha podido entrar por el sistema internacional que coordina Naciones Unidas ha llegado a la escala de lo que se necesita», enfatizó Raffalli en el contexto del foro Perspectivas 2020, organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB.
Pero «ni la ayuda humanitaria que está viniendo por Cruz Roja o que ha podido entrar por el sistema internacional que coordina Naciones Unidas ha llegado a la escala de lo que se necesita», sentenció Raffalli en declaraciones a los medios de comunicación.
Cáritas «si acaso, con las capacidades que tenemos», no llega «ni a 12% de los niños que necesitarían ayuda para salvarse».
El año 2019 «termina con un incremento evidente de la situación de desnutrición infantil», advirtió, «con unos niveles de desnutrición consistentes con una crisis humanitaria». Raffalli sostuvo que 13,5% de los niños menores de cinco años evaluados por Cáritas «tienen desnutrición grave, incluso con un alto riesgo de enfermarse y morir».
Cerca de 4% de ellos «tienen un riesgo de mortalidad muy alto: podrían morirse en las próximas dos semanas», alertó la experta.
Los estados más afectados, ahora, son Vargas, Bolívar y Zulia. La malaria es especialmente dañina, porque «las enfermedades infecciosas causan mucha desnutrición aunque no haya hambre».
Si bien en 2018 «hubo un mejoramiento continuo» en comparación con 2017, que «fue un año de muchísimas necesidades humanitarias» y una «desnutrición desbocada», en 2019 «la cifra de desnutrición comenzó nuevamente a subir en nuestras manos».
Aunque Cáritas no le hace seguimiento a la pobreza «sí nos llama la atención que el gobierno dijera que bajó» mientras la Cepal sostiene que aumentó. Siete de cada 10 hogares de las zonas más pobres del país se encuentran «en una situación de inseguridad alimentaria severa».