En promedio, hay unas 43 millones de personas en las Américas «en alto riesgo, lo que significa que podrían requerir hospitalización debido a sus condiciones de salud subyacentes», sostuvo la Directora de la OPS, Clarissa Etienne
Las condiciones de salud subyacentes (diabetes, enfermedad renal e hipertensión, así como inmunosuprimidos y tuberculosis) pueden incidir en la complicación de los casos de coronavirus en las Américas, según advirtió la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne.
«Desafortunadamente, muchas de estas condiciones médicas están muy extendidas en las Américas, lo que hace que nuestra región sea más vulnerable», dijo Etienne en una sesión informativa para medios de comunicación.
Los datos fueron revelados a través OPS de un nuevo modelo de acción de los mismos realizado por la organización y la asociación con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, que proporciona una imagen más precisa de la prevalencia de las condiciones de salud en las Américas.
«Lo que vemos es preocupante», señaló Etienne, quien detalló que «estamos hablando de 186 millones de personas en América Latina y el Caribe», y en los Estados Unidos, Canadá y México, una de cada tres personas corre un mayor riesgo de COVID-19 grave.
«En las Américas, hay 43 millones de personas en alto riesgo, lo que significa que podrían requerir hospitalización debido a sus condiciones de salud subyacentes. Y dentro de este grupo, los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de estar en alto riesgo de desarrollar COVID-19 grave», sostuvo.
Para Etienne los gobiernos deben tomar precauciones adicionales para apoyar a los personas con enfermedades crónicas, mientras atiende el aumento de los casos de coronavirus.
«Con el aumento de los pacientes con COVID-19, muchos sistemas de salud carecen del personal, el espacio y los suministros para ofrecer adecuadamente la atención de rutina. Esos cambios han retrasado los tratamientos para pacientes con cáncer y la diálisis para aquellos con enfermedad renal crónica. Las personas con diabetes se están quedando sin insulina, y los pacientes con VIH tienen que preocuparse por continuar su tratamiento», manifestó.
Con la nueva herramienta de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, los países pueden adaptar su respuesta para proteger a los grupos de riesgo vulnerables e implementar programas innovadores para ayudar a las personas a gestionar de forma segura y coherente sus condiciones. Esto incluye el aumento de las capacidades de telemedicina y el establecimiento de puntos de apoyo nuevos para la atención, lo que permite que las personas con enfermedades crónicas sean vistas por un profesional de la salud lejos de pacientes sospechosos de COVID-19.