No solo es que el presidente de la Asamblea Nacional (AN) de 2020, Jorge Rodríguez, encaró al secretario general del Partido Comunista de Venezuela, Oscar Figuera, y lo acusó de estar alineado con la agenda del funcionario estadounidense Elliott Abrams. La semana pasada también ocurrieron otros eventos en el mundo de la izquierda venezolana.
El mismo día cuando Rodríguez fustigó a Figuera (4 de febrero), Nicolás Maduro se refirió a los «traidores y mercenarios divisionistas, los mencheviques de este tiempo, los seguidores de Elliott Abrams”.
“En el imperialismo siempre consiguieron mercenarios de la derecha y algún que otro mercenario como Ismael García que decía que era más chavista que Chávez y al final quedó desnudo ante la historia, como quedarán los Ismael García que surjan hoy o mañana o cuando surjan. Traidores y mercenarios divisionistas, los mencheviques de este tiempo, los seguidores de Elliott Abrams”, dijo en un discurso con motivo del 29 aniversario del alzamiento militar del 4F.
Rodríguez acusó a Figuera de «quintacolumna» y aseveró que a estas alturas no lo manipularán con un chantaje o una consigna. Sostuvo que hay una campaña presuntamente orquestada contra la «revolución bolivariana» y que en este momento «o se está con la patria o se está contra la patria».
Falleció el veterano dirigente de izquierda y exguerrillero Douglas Bravo. El exministro de Petróleo, Rafael Ramírez, contó que el también dirigente de izquierda Raúl Chirinos, “El Pica”, enfrentó al fiscal Tarek William Saab durante el funeral.
Saab «asistió al funeral como si nada hubiese hecho como sicario al servicio de este gobierno antipopular. Chirinos le aseguró al fiscal que el gobierno no haría con Douglas lo que hizo con Alí Rodríguez, cuando secuestraron su nombre y ofendieron su memoria; además, le reclamó lo que ha hecho contra los revolucionarios y en lo que él se ha convertido. El fiscal tuvo que retirarse junto a sus escoltas», relató Ramírez en su acostumbrado artículo de opinión dominical.
El toma y dame de Jorge Rodríguez y Oscar Figuera, sin duda que marca un antes y un después en las relaciones entre el PCV y la administración de Maduro.
Figuera manifestó que votaría a favor del acuerdo sobre el 4F de 1992, pero que se abstendría en el segundo acuerdo. Insistió en que se debe rectificar «la ruta actual, que está en contravía de los objetivos que se planteó el 4 de febrero el comandante Hugo Chávez Frías».