«Si no quieren estar, lamentable; nosotros seguimos adelante porque nuestro compromiso no es solamente con las instancias internacionales, sino primeramente es con los ciudadanos», puntualizó Juan Carlos Alvarado, secretario de Copei
La presencia de la misión técnica de la Unión Europea (UE), en las elecciones del 21 de noviembre, podría estar, dicho en buen criollo, «en pico de zamuro». La semana pasada Josep Borrell, alto representante de la UE para la política exterior, negó que la misión legitime al gobierno de Maduro. «Lo que legitimará o no al Gobierno de Venezuela es el informe de la misión europea», sostuvo Borrell, lo que generó la respuesta inmediata del oficialismo.
El presidente de la AN, Jorge Rodríguez, emplazó al representante europeo: «Señor Borrell, así no. Si es así, mejor no venga. Si vienen a violentar los estándares de la ONU y el convenio que ustedes mismos firmaron, mejor no vengan».
El CNE y la Cancillería también se pronunciaron.
El ente comicial acusó a Borrell de estar parcializado y de tener una visión injerencista.
Se creó un clima de tensión tan grande, que este lunes el vicepresidente del CNE, Enrique Márquez, planteó que las declaraciones de Borrell pusieron en jaque la misión de observación.
¿Cómo se puede resolver? La dirigente opositora Mercedes Malavé planteó recurrir a la diplomacia para superar estas diferencias, porque lo más importante es garantizar que la UE participe.
El secretario de Copei, Juan Carlos Alvarado, señaló que «no se trata de que ellos brinden al final el 100% de las garantías del proceso electoral; en nuestra organización hemos mencionado que la garantía del proceso electoral la brindan cada uno de los ciudadanos con su participación masiva en el proceso».
Alvarado dictaminó que, «contra cualquier tipo de intento de asumir ventaja sobre un proceso electoral, nada va a poder contra el voto masivo de la ciudadanía».
Calificó como lamentable que la UE decida no participar, pero «eso no va a ser para nosotros, como organización política, un condicionamiento. Nosotros trabajamos con las convicciones, más no con las condiciones. Estamos llamados a escuchar la voz de los ciudadanos, y la voz de los ciudadanos exige que trabajemos en función del cambio».
«Si no quieren estar, lamentable; nosotros seguimos adelante porque nuestro compromiso no es solamente con las instancias internacionales, sino primeramente es con los ciudadanos», puntualizó Alvarado.