El misionero, que ofició la misa en Caracas por los 83 años de Acción Democrática, instó a edificar «un país de hermanos, de fraternidad, de esperanza, y eso lo debemos construir todos, porque todos cabemos aquí, porque esta tierra nos parió a todos, en un mismo abrazo, un mismo sentir, una misma Constitución»
El mensaje principal del padre Karol Camargo durante la misa por los 83 años del partido Acción Democrática (AD), este viernes 13 de septiembre en la Iglesia La Chiquinquirá, fue el de mantener viva la esperanza en Venezuela. Camargo, misionero del Zulia que ofició la Eucaristía ante dirigentes y militantes adecos, insistió en que en Venezuela cabemos todos.
«En la ecuación matemática de Venezuela creo que está faltando dios. Está faltando corazón de fe, pensamientos de esperanza, acciones misericordiosas, un abrazo fraterno para todo el país. Hermanos, dios es primero, y si se nos olvida eso, vanos son nuestros esfuerzos», sostuvo el sacerdote al cierre del encuentro.
Planteó que una elección o una decisión sean «ofrenda ante dios y no ofrenda para el ego». A su juicio, «si dios estuviera de primero no estuviéramos en esto». Aseveró que en la sociedad «buscamos otros dioses, ensalzamos a otros, pusimos a dios en segundo plano, y ahí están las consecuencias».
Instó a edificar «un país de hermanos, de fraternidad, de esperanza, y eso lo debemos construir todos, porque todos cabemos aquí, porque esta tierra nos parió a todos, en un mismo abrazo, un mismo sentir, una misma Constitución».
Durante la misa por los 83 años de AD, este #13Sep en la Iglesia La Chiquinquirá de Caracas, el padre Karol Camargo afirmó: "Todos cabemos aquí, porque esta tierra nos parió a todos, en un mismo abrazo, un mismo sentir, una misma Constitución" https://t.co/QDt57YKgPN pic.twitter.com/7prlR31ASe
— contrapunto.com (@contrapuntovzla) September 13, 2024
En declaraciones para contrapunto.com, aclaró que, para que todos quepamos en el país, «debemos aceptarnos, con el criterio de la verdad y la justicia siempre por delante». Subrayó que en Venezuela «se nos ha inculcado el odio, el fratricidio, la desesperanza; nosotros tenemos que sembrar valores. Estos antivalores se han inculcado en Venezuela por muchos años. Hoy tenemos que aprender a sembrar; mover la tierra y volver a sembrar. Ante la cizaña, sembrar buen trigo».
Aun cuando «podemos no estar de acuerdo, pero sí debemos todos mirar hacia un mismo horizonte, que es el de la paz, el de la justicia, el de la fraternidad, el del vínculo fraterno».
A los partidos políticos «les diría que sean verdaderamente coherentes con el Himno Nacional, que sean coherentes con nuestra historia, que sean convincentes con sus acciones fraternas», ya que, de lo contrario, «todo quedaría en un papel».