«Estamos hartas de ver a nuestros seres queridos a través de una pantalla», subrayó Amelia Belisario, dirigente nacional de PJ
Lloraron al recordar a los hijos que se marcharon en el largo éxodo venezolano. Insistieron en un proceso electoral para buscar salidas pacíficas al conflicto en el país. Dialogaron con otras mujeres que, como ellas, viven su particular calvario. Solicitaron la libertad de las presas políticas. Mujeres de Primero Justicia (PJ) convirtieron la jornada de protesta Viernes Amarillo en un clamor por un cambio político que permita el reencuentro de venezolanas y venezolanos.
Se concentraron en Chacao, entre la calle Élice y la avenida Francisco de Miranda, para conversar con las transeúntes, declarar a los medios de comunicación y compartir sus experiencias como madres en Venezuela. Cuando el semáforo se ponía en rojo, tomaban la calle con sus carteles. Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) les preguntaron qué hacían, y con ellos también intercambiaron opiniones.
«Las madres queremos dejar de extrañar. Estamos hartas de ver a nuestros seres queridos a través de una pantalla», subrayó Amelia Belisario, dirigente nacional de PJ.
La migración ha afectado a las mujeres que se van, pero también, a las que se quedan, recordó la dirigente justiciera Ela Ferris.
«Las madres venezolanas queremos que la luz no se vaya a cada rato, porque cuando se va la luz, se daña la nevera», enfatizó Belisario.
Las venezolanas «queremos un salario digno», sostuvo. «Las madres venezolanas queremos, para este domingo, de regalo del régimen, un salario digno que nos permita brindar a nuestros hijos tres platos de comida».
Ferris abogó, también, por elecciones libres en Venezuela, y aseveró que las mujeres están dispuestas a hacer lo que sea por lograrlo.