El internacionalista Kenneth Ramírez ve un interés colombiano en revivir la economía venezolana y, para ello, el acuerdo político entre Maduro y la oposición, que permita levantr las sanciones a Venezuela, es vital
Lo positivo del diálogo promovido por el presidente de Colombia sería que ayudara a retomar la negociación en México, pero también puede ocurrir que, tras algunos gestos de Maduro, actores de la izquierda latinoamericana se planteen un escenario alterno de diálogo en el marco de la Unasur.
Estos son los escenarios que plantea el internacionalista, profesor universitario y presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (COVRI), Kenneth Ramírez quien, en primer lugar, cree que uno de los objetivos de Colombia, ha estado, desde la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, centrado en “primer lugar en el interés comercial”, pero para que las relaciones comerciales entre ambos países se “dinamicen y alcancen los niveles históricos que han tenido, requieren que la economía venezolana vuelva a insertarse y eso requiere el fin de las sanciones internacionales”.
Levantar las sanciones no solo ayuda a Maduro, sino que también beneficia a la economía de Colombia y, por lo tanto, a la gestión de Petro, a quien en estos momentos no le está yendo bien con todo el tema de la “paz total”, luego del reciente ataque del ELN, y Venezuela es garante de esos diálogos de paz y esa guerrilla tiene presencia en Venezuela, apunta Ramírez.
Otro punto que puede ganar Petro es presencia internacional. Lograr un acuerdo entre las partes en Venezuela puede, sino revertir, por lo menos amortiguar la salida de venezolanos del país y no seguir aumentando la crisis migratoria que se vive en la región.
Un escenario positivo, que vislumbra Ramírez y que fue confirmado por el canciller de Colombia, Álvaro Leyva, es que esta mediación de Petro permita retomar las negociaciones en México, pudiera crearse “un mecanismo de coadyuvancia, léase, una suerte de grupo de amigos”, lo que le daría un liderazgo importante a Petro en la región y Ramírez lo califica de rol positivo por parte del presidente de Colombia.
Sin embargo, no es el único escenario que pone sobre la mesa, pues tiene mucho “temor de que lo que esté planteado a un escenario mucho más negativo”. Esta posibilidad la sustenta en la unilateralidad con la que se ha manejado el mandatario colombiano y también en que es probable que se invite a otros actores de la oposición venezolana a estos diálogos, lo que “puede generar ruidos”.
A lo anterior suma que Maduro pueda dar algunos gestos, “alguna inhabilitación levantada, algún preso liberado”, y la reunión plateada pueda generar un mecanismo alterno de diálogo, el cual pueda ser avalado más adelante por la Unasur y la izquierda regional, en la que incluye a Brasil, Argentina y Colombia, y termine rehabilitando a Maduro en el escenario internacional.