La alternabilidad en el poder no debe verse como una tragedia, aseveró el sociólogo
El profesor Amalio Belmonte indicó este jueves que la radicalización del año 2002 se prolongó en los años siguientes, y destacó también el tamaño de las movilizaciones registradas ese 11 de abril de 2002. «Eso indica que había un malestar muy fuerte en los sectores medios» del país. «Las guarniciones militares se pronunciaron contra el presidente Chávez» y quedó en la incógnita «lo que conversó el general Lucas Rincón con el presidente Chávez».
Aun cuando Chávez hizo una autocrítica esto «no se convirtió en hechos», e incluso se radicalizó, criticó el analista.
A partir de allí «la sociedad venezolana se ha mantenido fragmentada» y parte de eso «está presente» en este escenaruio electoral de 2024. «Un sector importante de la población quisiera que el gobierno cambiara», refirió en entrevista con Unión Radio.
Hoy hay otro gobierno, otra oposición y «los actores han cambiado sustancialmente», razonó. Por eso, a su juicio, «la solución de Venezuela pasa por entender que el otro existe» y que la alternabilidad en el poder no es una tragedia.
Mas «cada vez que hay una manifestación distinta de lo habitual, el gobierno le adjudica el carácter de golpismo», aunque «la mayoría de los sectores de oposición quieren un cambio democrático».
Belmonte aseveró que los problemas de Venezuela son de tal magnitud, que «no es posible que un solo sector lo resuelva». El discurso polarizante «no ayuda al país».