En el Colegio San José de Tarbes de La Florida se nuclearon 23 centros de votación y las colas se extendieron hasta la avenida Andrés Bello. Esta es «la oportunidad que tenemos de cambio; los propios ciudadanos, por cuenta propia, hemos decidido organizarnos», afirmó María Elisa, una de las votantes
A las 9 de la mañana ya había tres cuadras de cola hacia el Colegio San José de Tarbes de La Florida. En su mayoría eran adultas y adultos mayores, algunos con banquitos, preparados para esperar su turno. Hablar con ellas y con ellos era encontrarse con la esperanza del regreso al país de sus hijos y nietos, los migrantes que se marcharon en busca de mejores oportunidades.
El hambre nos trajo hasta aquí, aseveró una votante. ¿Quién puede vivir una pensión de menos de cuatro dólares?», se preguntó (y les preguntó a los periodistas).
Voluntarias y voluntarios lograron abrir e instalar las mesas antes de las 9 de la mañana. Bernardo De Michel, presidente de la mesa 3 del Colegio La Consolación, indicó que la instalación fue un poco lenta, pero insistió en que «mejor que esto, imposible».
Como lo explicó una de las voceras, recibieron el material a las 7 de la mañana: 23 centros se nuclearon en los espacios del colegio. Hubo una nucleación macro y una nucleación por mesa. Puro trabajo voluntario y sin muchas condiciones. Incluso, los baños estaban cerrados por falta de agua.
Magaly Brand de Aguilar tiene 83 años y camina con andadera. Y con su andadera se presentó en el centro de votación. «Estaba loca de votar para cambiar este horror en que estamos viviendo. Voté por María Corina y creo que todos aquí vamos en el mismo rumbo. Esto impresionada del gentío, de la alegría que hay, del orden y la cantidad de gente», explicó a contrapunto.com.
«Yo sé que María Corina va a arreglar el país, vamos a tener el país que hemos tenido por 40 años, de nuevo. Mi familia va a regresar. Mis hijos y mis nietos. Estoy loca de emoción. María Corina va a ganar y va a ser una maravillosa presidenta», aseveró.
Esta es «la oportunidad que tenemos de cambio; los propios ciudadanos, por cuenta propia, hemos decidido organizarnos. Todo esto es voluntariado. Hay que tener paciencia, hay que tomar en cuenta que no hay maquinaria, no hay traslado, no hay militares, no hay funcionarios. Es gente voluntaria», resaltó María Elisa, una de las electoras.
«Tengo mucha esperanza. Soy una optimista empedernida. Creo que vamos a salir de esto», declaró María Elisa una vez que concluyó su votación.
Pasadas las 10 de la mañana las mujeres responsables del proceso informaron que la votación se organizaba, a partir de ese momento, por códigos y no por colegios. Fue la forma que encontraron de atender la demanda creciente de personas que llegaban y querían sufragar.
Si esto es así en todas partes, están listos, concluyó otro elector. Ese «están listos» tenía un sujeto tácito.
«Voto porque es un deber ciudadano. Segundo, voto por una Venezuela libre donde mis hijos puedan regresar», aseveró la doctora Ítala Longobardi.
«Libertad es la primera palabra. Todos la necesitamos. La parte económica, que todos podamos tener lo que necesitamos para vivir, que no lo tenemos hoy». Longobardi quiere que las sonrisas regresen a Venezuela.
Se esperaba temprano la presencia del secretario general de AD en resistencia, Henry Ramos Allup, pero el dirigente adeco no llegó en la mañana. También corrieron rumores sobre la visita del presidente de la Comisión Nacional de Primaria, Jesús María Casal, pero tampoco ocurrió durante la mañana.
En las calles aledañas los cuidadores de calle trataron de «hacer el día» y funcionarios de la PNB se apostaron en las esquinas. Los vehículos bajaban la velocidad para grabar videos y tomar fotos de la gente que esperaba por su turno.
A la dirigente política Haydee Deutsch, sindicalista y presidenta de Fuerza Liberal, le tocó hacer la cola ya en la avenida Andrés Bello. Le faltaban por lo menos cuatro cuadras de votantes para poder ingresar al centro y sufragar.
«Todo lo que nosotros hagamos con el voto es de unz riqueza incomparable», destacó. «Hoy le estamos diciendo al mundo que, a pesar de las situaciones planteadas, nosotros no tenemos miedo. Estamos en la calle».
Caminar es una excelente oportunidad para ampliar el lente. A solo una cuadra de la avenida Andrés Bello, lejos de la política, la necesidad tenía rostro de mujer este 22 de octubre: Dos trabajadoras sexuales agitaban los brazos para llamar la atención de los potenciales clientes. Pero los carros pasaban sin detenerse, rumbo a la avenida Andrés Bello. Este domingo no era un buen día para el oficio.
