«Estos cambios políticos se han dado no porque la gente está girando a la izquierda. Las personas están buscando cambios de gobiernos, cambios políticos y han votado por la oposición que es una oferta de izquierda, pero como outsider» y no por simpatía ideológica, asegura el analista de Alianza del Lápiz
El portavoz de asuntos internacionales de Alianza del Lápiz, Jorge Barragán, asegura que a Nicolás Maduro se le acabaron las excusas, pues a su juicio, la llegada de «esta nueva izquierda», con un discurso más moderado no le va a hacer el juego y ya no tendrá a quien echarle la culpa por los servicios básicos, por el tema económico y por sus repetidas denuncias de magnicidio.
«Nicolás Maduro siempre ha responsabilizado a gobiernos externos por los problemas de servicios públicos, el tema económico y eso ya se le acabó. Hoy tiene presidentes cercanos a su ideología política y que lo reconocen como presidente. Esto también le generará un costo que lo puede terminar aislando en la izquierda latinoamericana», dice Barragán.
Además, el analista expresa que no es la misma izquierda latinoamericana del ALBA. «No es la misma izquierda de (Hugo) Chávez de hace 15 años. Es una izquierda que tiene relaciones con Estados Unidos, que el discurso anacrónico antimperialista se acabó. Todos ven a Estados Unidos como un socio muy importante para la región. La crisis en Europa con Ucrania y Rusia ha hecho que muchos se acerquen a la administración de Joe Biden».
Afirma que esa «retórica antiestadounidense que tiene este gobierno no se ciñe a los tiempos actuales y se pierde. Vemos al final que es una izquierda que se tiene que preocupar por los problemas internos. Estos cambios políticos se han dado no porque la gente está girando a la izquierda. Las personas están buscando cambios de gobiernos, cambios políticos y han votado por la oposición que es una oferta de izquierda, pero como outsider» y no por simpatía ideológica.
Sobre Gustavo Petro, sostiene que ha tenido un discurso integrador y que su llegada al poder se debe, en parte, a los acuerdos que sostuvo con parte de la élite política de Colombia. En este sentido, argumenta que los cambios en Colombia deben ser institucionales y ahí debe apuntar el nuevo gobernante colombiano a «hacer reformas en las instituciones» que en parte fue su promesa electoral.