El sector que defiende a Bernabé Gutiérrez se mantiene en la sede del CEN, en La Florida. Militantes que respaldan a Ramos Allup intentaron recuperarla, pero fueron recibidos con cohetes, piedras y gases lacrimógenos
Había muchas expectativas sobre lo que pasaría este lunes 10 de agosto en la sede del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Acción Democrática.
El domingo 9 de agosto, el sector que apoya a Bernabé Gutiérrez, designado por el TSJ como presidente del partido blanco, tomó el CEN ubicado en La Florida y otra sede en El Paraíso. Un día después, el sector que respalda a Henry Ramos Allup como secretario general de AD acudió a la edificación donde funciona el CEN para intentar recuperarla.
El equipo de medios del diputado Carlos Prosperi (secretario de organización del AD dirigido por Ramos Allup) convocó a la prensa para las 8 de la mañana, pero a las 9 Prosperi todavía no había llegado.
El secretario nacional sindical del sector designado por el TSJ, Miguel Quiroz, aseguró que Ramos Allup amenazó de muerte a Bernabé Gutiérrez y que por eso no estaba con ellos en la sede del partido. Sostuvo que no abandonarán el CEN.
Minutos después desde la sede comenzaron a detonar cohetones. La respuesta no se hizo esperar: el otro sector inició un intercambio de insultos con acusaciones mutuas de traicionar al partido y ofensas a las madres. De allí pasaron a intentar tumbar la reja de la entrada.
“Salgan si son tan bravos… Traidores, chavistas, vendidos”, gritaron los manifestantes que respaldan a Ramos Allup, mientras sonaban los primeros cohetes desde el interior.
Con piedras, cohetes, palos y peñones los bandos enfrentados de AD estrenaron la nueva jornada de flexibilización de la cuarentena. Los cohetes saltaban mientras se escuchaban los gritos de prevención y se registraba un correteo. Adecos, periodistas y curiosos tuvieron que correr.
Los que estaban en la parte externa recogieron piedras y tubos rotos para lanzarlos contra la edificación. Los vecinos de La Florida se asomaron a sus ventanas para ver lo que ocurría. “Estamos recuperando nuestra sede”, dijo un miembro de AD a una familia que estaba viendo todo desde su apartamento.
Algo sonó sin previo aviso, y cuando los presentes se dieron cuenta, dos bombas lacrimógenas estaba rodando en el asfalto. “Sucios, malditos, son pacos, tienen gas lacrimógeno”, gritaban los seguidores de Ramos Allup.
No más de 20 minutos duró el enfrentamiento. En la esquina de la Funeraria Vallés, a una cuadra del CEN, Carlos Prosperi aseguró que quienes están en la sede adeca no son opositores.
El parlamentario afirmó: “Ellos son colectivos apoyados por la administración de Maduro. Nosotros seguiremos luchando contra este tipo de ataques».
Posteriormente llegó el parlamentario Williams Dávila, y sostuvo que Bernabé Gutiérrez “es un traidor; él nunca fue adeco, solo fue un oportunista”.