La migración tiene un saldo positivo para los países de acogida, y esto se puede potenciar si los países toman medidas más progresistas de regularización de la población, razonó Catalina Arenas Ortiz, gerente de proyectos de migración del centro Equilibrium Cende
Los datos de Acnur y otros organismos reflejan con mayor certidumbre lo que sucede con la diáspora venezolana que las cifras oficiales, indicó este lunes Catalina Arenas Ortiz, gerente de proyectos de migración del centro Equilibrium Cende.
Arenas explicó que los países emisores de migrantes suelen tener un gran subregistro, porque no cuentan a las personas que se desplazan sin sellar su pasaporte.
El mandatario Nicolás Maduro aseguró este domingo que oficialmente han salido 2,3 millones de personas. Acnur reporta más de 7 millones de personas.
Ahora hay un movimiento hacia el norte del continente. «Muchas personas lograron llegar y hoy vemos a personas que van a encontrarse con sus familias», y también inciden los cambios políticos en el continente y las modificaciones en las políticas migratorias. «Todas estas medidas hacen que la gente opte por migrar a Estados Unidos».
Cada vez que hay anuncios de EEUU cambia el flujo de migrantes por el Darién, comentó en entrevista con Unión Radio.
Los pactos mundiales de migración promueven una movilidad ordenada, recordó.
La migración tiene un saldo positivo para los países de acogida, y esto se puede potenciar si los países toman medidas más progresistas de regularización de la población, razonó. No hay muro que pare a la migración, pero la forma más efectiva de evitar la migración es mejorar las condiciones de vida en los países emisores, como Venezuela.
A su juicio se debe hacer un llamado a la cautela: «No estoy de acuerdo con las políticas de retorno voluntario, porque no están dadas las condiciones». Otros países hablan de expulsiones de personas, refirió. «Vamos a estar ante una reconfiguración» de la situación de los migrantes venezolanos.
La migración venezolana está muy cualificada, y no siempre eso coincide con la oferta laboral de los países, señaló. «La migración venezolana es una de las más desfinanciadas del mundo», y los flujos de capitales cayeron por la guerra de Ucrania.