Quienes se acercaron hasta la Plaza La Candelaria gritaban: Maravilloso a la Gloria de Dios, el cielo está de fiesta, el Beato José Gregorio Hernández interceda por Venezuela
Este viernes 30 de abril, los devotos que se reunieron en la Iglesia de la Candelaria e a propósito de la beatificación de José Gregorio Hernández, aseguran haber sido favorecidos con un milagro del «médico de los pobres».
«Le pedimos por favor que acabe con toda está pandemia, y vuelva unificar a los venezolanos. Estamos hartos de este virus y nuestra vida ya no es la misma», dijo José Tinoco, devoto del beato.
En ese sentido, Rómulo Chinchilla, un devoto que vino hasta Caracas, procedente de Boconó, estado Trujillo, llevado por la fe y devoción por el Dr. José Gregorio Hernández, llegó a la capital, y en medio de los actos que se celebran a propósito de la beatificación, aprovecha para pedir por la sanación mundial debido a la pandemia por la COVID-19.
Relató que, hace un año, su madre sufrió un infarto: «Le puse la estampita del Dr. José Gregorio Hernández y de inmediato se sanó», aseveró.
Quienes se acercaron hasta la Plaza La Candelaria gritaban: Maravilloso a la Gloria de Dios, el cielo está de fiesta, el Beato José Gregorio Hernández interceda por Venezuela y el mundo entero, así como agradecimientos de sanación, entre lagrimas, rezos y cantos.
«Yo solo le pido a Dios que nos cubra con su manto y nos proteja», se oía en cada grupo de personas en la plaza. Al mismo tiempo que ocurría todo esto, el nuncio apostólico, Aldo Giordano informó que el papa Francisco tiene muchos deseos de visitar Venezuela. También enfatizó que los venezolanos deben lograr, sin divisiones, las vacunas contra la COVID-19 para todos.
Además de eso, el cardenal Baltazar Porras celebró este nuevo paso de Hernández en los altares y afirmó que suenan las campanas del cielo, pero también, las del corazón.
El vicepostulador de la causa, monseñor Tulio Ramírez, presentó una semblanza del beato, de su profunda fe.
Mientras tanto, en la esquina de Amadores, en La Pastora, los vecinos rezaban frente al lugar donde el médico de los pobres perdió la vida en el año 1919 el 29 de julio, luego de que un camión lo atropellara.
«Yo me salvé gracia a él, tenía un cáncer terrible y me salvó», dijo en pocas palabras, Eloisa Ramírez.
Por su parte, el encargado de pintar los murales donde habría fallecido el siervo de Dios, Mermín Marmol, cronista de La Pastora, aseguró que «su petición es que se acabe la pandemia».
«José Gregorio era una persona humana, incluso muere camino atender a sus pacientes», dijo.
Al final de todo el acto, el nuncio Giordani destacó que «el nuevo beato es capaz de unir a todos sus compatriotas por encima de las diferencias sociales, políticas y económicas e, incluso, de las ideológicas o religiosas».
«Me atrevo a decir que, tal vez en estos momentos, no existe en Venezuela otra figura más querida y aceptada por todos que el doctor José Gregorio Hernández», subrayó.
Por otro lado, el artista Jesús David Martinez, autor de la estatua que fue develada en la Iglesia de la Candelaria, afirmó en pocas lo que esa obra significa para él:
«Aquí se las dejo a los caraqueños, me tomó ocho días hacerla y le pedí ayuda ya que me la pidieron el pasado 15 de abril, no creí que iba a llegar a la fecha de entrega, pero el siervo de Dios me ayudó».