El analista Simón García asegura que la estrategia defendida por Guaidó fue derrotada por el chavismo. Leonardo Carvajal pidió asumir con realismo político que un gobierno autoritario como el de Maduro no otorgará condiciones electorales
Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Esta es la propuesta que el dirigente Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) y reconocido como presidente de Venezuela por más de 60 países, propuso a los venezolanos en 2019. Un año después, Nicolás Maduro sigue en el Palacio de Miraflores y el oficialismo no permite que Guaidó ingrese siquiera al Palacio Federal Legislativo para la sesión del Parlamento. Esto, de acuerdo con analistas, es un retroceso.
La oposición debe reformular su estrategia, porque la estrategia del «mantra» fue derrotada y en este momento no hay nada, advierte el analista Simón García.
La voluntad de cambio en el país es muy fuerte, pero la oposición está débil y fragmentada, consideró García durante su intervención en el acto por los 49 años del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Este es el peor momento del gobierno, pero también el de la oposición, manifestó Leonardo Carvajal, integrante de la Asamblea de Educación.
En una revisión de 20 puntos, Carvajal pidió asumir con realismo político que un gobierno autoritario como el de Maduro no otorgará condiciones electorales, y propuso que la oferta electoral de la oposición para las parlamentarias esté centrada en el combate de la hiperinflación, la salud, la mejora de los servicios públicos y la reconciliación nacional.
Simón García señaló que, para la oposición, es necesario caracterizar al adversario. En la coalición de gobierno, manifestó, hay un sector muy autoritario, otro sector militarista y un sector que vive de la economía negra. Pero el analista aseveró que no es verdad que en esa maraña de poder todos son delincuentes, porque hay un sector que está en el chavismo por la defensa de las banderas de la justicia social. A su juicio, existe un sector reformista con el que la oposición puede hablar, pero al cual no se puede asustar con la amenaza de la «cacería de brujas» y persecución de todo lo que huela a chavismo.