El fundador de Voluntad Popular y su esposa, Lilian Tintori, se encuentran como huéspedes en la residencia del embajador español en Caracas
El opositor venezolano Leopoldo López continúa en la residencia del embajador español en Caracas, Jesús Silva Férnandez, desde donde pudo comunicarse con su familia en España y transmitirle que se encuentra bien, según pudo saber EFE este jueves.
Fue una comunicación corta «vía telefónica», pero suficiente para saber que tanto él como su esposa, Lilian Tintori, y la hija de ambos, de 15 meses, están bien.
López y Tintori se encuentran en la residencia del embajador español como huéspedes, según explicó este jueves en Jordania el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien precisó que el dirigente opositor «no está asilado».
«De acuerdo con la legislación española, las demandas de asilo se tienen que producir en territorio español, por lo tanto el señor López no está como asilado, está simplemente como un huésped de la embajada hasta que se aclaren cuáles son los pasos a seguir», precisó el canciller español.
Borrell insistió en que López «no ha formulado una demanda de asilo, que además para formularla tendría que efectuarla desde el territorio español».
López cumplía desde 2014 una condena de 14 años de prisión, y desde mediados de 2017 se encontraba en arresto domiciliario en Caracas, donde fue liberado el martes por un grupo de militares con un «indulto presidencial» otorgado por el líder opositor Juan Guaidó.
Guaidó pidió el martes a la Fuerza Armada de Venezuela dar la espalda al gobernante Nicolás Maduro, pero sólo un pequeño grupo de militares participó en el levantamiento, que fracasó a las pocas horas.
López, líder de Voluntad Popular, se entregó a las autoridades venezolanas el 18 de febrero de 2014, después de que un tribunal de Caracas ordenara detenerlo por instigar a la violencia como uno de los convocantes a una manifestación que terminó con tres muertos y decenas de heridos seis días antes de su detención.
La sentencia que lo condenó fue cuestionada por numerosas organizaciones internacionales e incluso el fiscal que dirigió la acusación denunció, tras huir de Venezuela, presiones y maniobras del régimen de Nicolás Maduro para orientar la sentencia.