Salieron de la plaza Brion de Chacaíto y recorrieron el bulevar de Sabana Grande hasta el Gran Café
Después de un breve ensayo y algunas indicaciones, poco después de las 10 de la mañana de este martes 4 de abril salió de la plaza Brión de Chacaíto el viacrucis de las trabajadoras y los trabajadores. Organizada por el comité de conflicto de los trabajadores en lucha, esta protesta recorrió el bulevar de Sabana Grande entre canciones, oraciones y consignas, para cerrar sus pasos en el emblemático Gran Café.
Juan Martínez, trabajador del sector cemento, se puso el traje violeta y una corona de hojas para ejemplificar a Jesucristo.
En cada una de las estaciones los manifestantes llamaron la atención acerca de los problemas que afrontan para sobrevivir en la Venezuela del presente. Enfermeras, docentes y defensores de derechos humanos rezaron por los que sufren en Venezuela.
Cerca de la calle Negrín, recordaron que los pensionados y jubilados se han visto obligados a salir a la calle para ganarse la vida.
Con un minuto de silencio rindieron homenaje a las personas fallecidas en el contexto de la emergencia humanitaria compleja venezolana.
La defensora de DDHH Ariani Bruzual, que cantó y acompañó el viacrucis, recordó -en la última estación, en el Gran Café- que el bienestar de los trabajadores venezolanos depende de su lucha y organización.
«No es el bloqueo, es la corrupción» es la consigna que, desde que se hicieron públicos los presuntos hechos de corrupción en Pdvsa, recorre las protestas en Caracas.
Entre tantas oraciones, destacó el Padrenuestro por la democracia venezolana.
El Himno Nacional también acompañó la manifestación.
«Todas las luchas en una sola lucha», reiteraron.
Adnan El Asmar, dirigente de la Mesa Social de Caracas, insistió en que una minoría no puede llevar el país al desastre y llamó a la unidad.
«Estamos exigiendo el cese de la corrupción», subrayó Leida Brito, la «abuela del casco rojo».
Yorbelis Oropeza, esposa del preso político Alcides Bracho, pidió a dios que castigue a los violadores de derechos humanos y a quienes tienen al pueblo pasando hambre.
También hubo espacio para recordar el pasado, con el ya desaparecido billete de 100, «el marroncito», que sacó a la luz el enfermero José Cádiz.