Trabajadores de la salud, maestros, profesores universitarios y jubilados de la administración pública exigieron un aumento salarial que les permita comer y vivir
Pasadas las 10 de la mañana creció la intensidad de las consignas y los manifestantes se colocaron en posición de salida a escasos metros de la Plaza del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). La convocatoria hecha por gremios y sindicatos para marchar este lunes 23 de enero desde la UCV hasta el centro de Caracas animó a miles de personas que se pusieron sus zapatos de goma y se prepararon para una caminata.
El profesor José Gregorio Afonso, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv), se adelantó hasta el arco de entrada ucevista, en Plaza Venezuela. También lo hicieron los estudiantes agrupados en la Federación de Centros Universitarios.
De allí comenzaron a avanzar por la avenida Salvador Allende, acompañados por funcionarios de mediación de la Policía Nacional Bolivariana. Los otros uniformados, los de escudos y cascos, ya habían tomado los accesos a la autopista y marcado el camino que la protesta seguiría.
Keta Stephany, directiva de Fapuv, aclaró que con la protesta de este 23 de enero esperan lograr «un salario digno, que cubra las necesidades familiares; que sea indexado y concertado». Esta es «una protesta por los derechos laborales, porque el trabajo tiene que ser reconocido y tiene que ser remunerado».
Los estudiantes se hicieron sentir con su «y ya llegó, y ya está aquí, el movimiento estudiantil».
Cuando la manifestación llegó a Plaza Venezuela se vio con claridad su magnitud: más de tres cuadras llenas de personas unidas por las mismas consignas y exigencias.
María Vallera, de 79 años de edad, marcho con su virgen «por la justicia y por ese salario miserable», como lo explicó mientras avanzaba hacia el Paseo Colón/Paseo de la Resistencia Indígena. Vallera informó a contrapunto.com que es jubilada de la Gobernación de Miranda: «Cobro 70 bolívares quincenales». ¿De qué vive realmente? «De mis hijos. Si no, ¿cómo haría? Mi esposo también es jubilado».
El rechazo al pago de bonos como solución salarial quedó ampliamente demostrado durante la movilización.
Los manifestantes no solo clamaron por un salario que les permita vivir. Algunos también se plantaron en otra exigencia: libertad y democracia.
Las denuncias de presuntas violaciones de derechos humanos también formaron parte del reclamo de quienes salieron este 23 de enero a expresar su descontento.
Igual que lo hicieron la semana pasada, los ciudadanos que protestaban se desplazaron por el Paseo Colón/Paseo de la Resistencia Indígena.
La bandera de Venezuela reunió al profesor Afonso; a la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha; a la secretaria de Apufat, Argelia Castillo; a dirigentes de la Coalición Sindical Nacional, como José Marcano; y a otros líderes del movimiento de trabajadores venezolano.
«Un salario digno»: Esta es la exigencia que reiteraron los profesores universitarios como Luis Crespo, economista y vicepresidente de la Apucv.
Entre pancartas y consignas también hubo llamados de atención a los policías para que se sumen a estas demandas.
Incluso, con carteles improvisados los invitaron a sumarse a las protestas.