El Comité por la Libertad de los Presos Políticos advirtió que «continúan las violaciones de derechos humanos en los distintos centros de reclusión del país»
Para los familiares de presos políticos no hay pasado ni futuro: solo un presente de mucha angustia. Este miércoles 18 de junio las y los integrantes del Comité por la Libertad de los Presos Políticos (Clippve) compartieron sus denuncias, sus experiencias y sus dolores. En una rueda de prensa realizada en la UCV, los dirigentes del comité volvieron a solicitar la acción de los organismos internacionales para que sus seres queridos sean excarcelados.
El padre de un estudiante de la ULA contó que su hijo, de 23 años de edad y con diagnóstico de un trastorno hemorrágico llamado púrpura trombocitopénica, no ha tenido acceso a la atención médica que necesita. La madre de un sargento relató que no sabe en qué condiciones se encuentra su hijo, recluido en Fuerte Guaicaipuro y de quien no sabe desde el pasado mes de abril. Ramón, hijo del dirigente Juan Pablo Guanipa, narró que desconoce el paradero de su padre. Andreína Baduel, hermana del preso político Josnars Baduel, describió el estado en que encontró a su hermano cuando finalmente la dejaron visitarlo en la cárcel de El Rodeo.
«A mi hermano lo pude ver el domingo. Duró casi cuatro meses en un aislamiento prolongado e inhumano. Ha perdido muchísimo peso. Ha desmejorado muchísimo su salud por las condiciones de reclusión en El Rodeo», detalló. «Ya no puede ni siquiera lavar su ropa porque tiene mucho dolor en el hombro. Esa lesión es secuela de tortura a la que fue sometido en el Sebin».
Baduel solicitó a la comunidad internacional «que no nos dejen solos» porque «continúan las violaciones de derechos humanos en los distintos centros de reclusión del país, continúan los malos tratos, persiste la falta de atención médica especializada y oportuna para todos los presos políticos».

Por eso «queremos reiterar nuestro llamado a que se permita el ingreso de la Cruz Roja Internacional a los distintos centros de reclusión para que puedan constatar la situación de nuestros seres queridos», manifestó. También pidió que el personal de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos entre a las cárceles a fin de que verifique cómo están los presos políticos.
La visita a los presos es una de las labores que puede ejecutar la Cruz Roja. «Gracias a nuestra condición de organización humanitaria neutral e imparcial con un cometido singular conferido por los Convenios de Ginebra y los Protocolos adicionales, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) puede obtener acceso a las personas detenidas en lugares en los que a otros actores les resulta imposible», señala la organización.
El trabajo de la Cruz Roja «parte de una evaluación integral de la situación, tanto del interior como del exterior del lugar de detención», lo que «se logra mediante el diálogo constructivo, bilateral y confidencial que entablamos con las autoridades a cargo de la detención y las entrevistas que mantenemos en privado con las personas detenidas».
https://www.icrc.org/es/nuestras-actividades/detencion
El Consejo de Derechos Humanos, por su parte, ofrece -entre otras figuras- la de los procedimientos especiales, que realizan visitas a los países y actúan sobre casos y situaciones individuales mediante el envío de comunicaciones a los Estados.
https://www.ohchr.org/es/special-procedures-human-rights-council
La Cruz Roja, la Iglesia y otros organismos pueden hacer mucho, insistió Baduel: «Ellos pueden pedir ingresar para buscar salidas humanitarias a esta grave crisis de violaciones de derechos humanos. Basta con que entren a las cárceles y vean a nuestros familiares para que sen cuenta del horror que ellos allì viven».