Entre los pasillos con verduras, los trabajadores de los establecimientos seguían su día «como cualquier otro», pero tomando sus precauciones y distancia
Tapabocas. Ruido. Bolsas de mercados y desinfectantes. Este viernes, luego de que se extendiera la cuarentena los caraqueños fueron al Mercado de Quinta Crespo para hacer sus compras.
La distancia social, las previsiones y los gritos se apoderaron de uno de los principales mercados de la ciudad capital. La gente comentaba sobre la prolongación del confinamiento para prevenir contagios de coronavirus.
«Ya me acostumbré a esto, hago las cosas con calma en la casa y mi hija se pone hacer su tarea que le manda por correo», contó Elena Callejas mientras hacía una cola para comprar queso y jamón.
Entre los pasillos con verduras, los trabajadores de los establecimientos seguían su día «como cualquier otro», un empleado que se presentó a Contrapunto como, José, afirmó que la diferencia es que acaban su faena a las 12 del mediodía o hasta la 1, dependiendo de la cantidad de gente que vaya a comprar.
«El coronavirus no nos detiene, sino no trabajo no como», sentenció para seguir acomodando las verduras del guacal.
Un empleado entró por el pasillo de las carnes. Vestido de amarillo y con un tapabocas rosado. Rociaba desinfectante con agua a todo y a todos los que se encontrará a su paso, mientras una persona atrás suyo gritaba una explicación sobre el procedimiento que estaban realizando.
«Es por su seguridad y bienestar. Tenemos todos que colaborar», decían.
Afuera las cajas eran bajadas de los camiones, seguían trabajando como un día cualquiera en Quinta Crespo, pero los temores a infectarse del virus estaba presentes en sus palabras.
«Claro que tenemos miedo de contagiarnos, pero tenemos que trabajar. Tomamos nuestras precauciones», aseguró Tadeo Rodríguez.