«La actuación de la delincuencia actual es muy grave y de difícil sumisión», comentó Blanca Rosa Mármol de León
Los acontecimientos más recientes , registrados en sectores de la parte alta de La Vega, han generado controversias entre los expertos en materia de criminalidad y delincuencia organizada.
Desde inicios de este año, han ocurrido cuatro enfrentamientos entre policías y delincuentes integrantes de la banda de la Cota 905, encabezada por quien figura en el tercer lugar de los más buscados por los cuerpos de seguridad del Estado, Carlos «el Coqu»i Revette, junto a sus aliados el Galvis y el Vampi, igualmente catalogados de peligrosos.
De acuerdo con fuentes extraoficiales, los motivos de esta organización delictiva -la más grande de la ciudad capital-, consisten en expandir su eje de operación desde La Vega, hasta Caricuao, utilizando los mismos corredores viales que conectan con La Cota 905, El Valle y El Cementerio.
En este último, los delincuentes crearon nichos para mantener cautivas a las víctimas de secuestro. Caricuao será entonces, la nueva ruta, según informaron las fuentes. Los propósitos no se han materializado y por ello, los enfrentamientos constantes.
El más reciente, ocurrido el lunes 26 de abril en La India. Delincuentes dispararon contra una comisión de la Policía Nacional Bolivariana, lo que produjo un enfrentamiento en los sectores La Veguita y El Carmen. El resultado, dos delincuentes muertos, hasta ahora sin identificar.
En otros procedimientos, por el contrario, se ha ordenado la retirada de los funcionarios y comisiones mixtas del lugar, luego de horas de intercambio de disparos. Situación que ha desmoralizado a los policías del organismo detectivesco y a los de la PNB.
Alternativas para el cese
Luego de los hechos registrados , el director nacional de la policía científica, comisario general Douglas Rico, informó que desde el Estado se han instalado diálogos «a fin de que estos delincuentes desistan de los ataques y depongan las armas». Las reacciones en contra no se hicieron esperar.
Quienes opinaron sobre la medida, indicaron que «con el hampa, no se negocia».
Para la magistrada emérita del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Blanca Rosa Mármol de León, llamar al diálogo con la delincuencia «es una invención indescriptible. La delincuencia tiene que ser controlada por el Estado, tiene los organismos y tiene que establecer políticas al respecto . Los tribunales penales se encargan también y tienen su rol en esa situación», dijo en entrevista exclusiva para Contrapunto.com.
A su juicio, considera inconcebible que exista un diálogo con personas que están infringiendo la ley.
«Están incidiendo en el delito en extrema gravedad. Es inconcebible; es la negación del derecho de la democracia , -y demuestra plenamente- , que no se está haciendo lo que se tiene que hacer. Esto demuestra la consolidación del descontrol, la inexistencia de un poder judicial autónomo y de unas policías que funcionen. Es una alcahuetería por parte del régimen con la delincuencia», sentenció.
En miras de una propuesta de reforma de la PNB más humanista – vía Decreto Presidencial, contemplada en la Gaceta 42.105 del 13 de abril 2021-, la magistrada expuso «es tarde para hablar de humanismo. Nosotros vimos los espectáculos de una policía huyendo – con impotencia-, de la delincuencia armada. Armada además por el régimen. Aquí lo que se impone es una rectificación del rumbo, un desarme y proveer a los cuerpos del Estado, de los requerimientos necesarios para hacerle frente, porque a la vista está que no los tienen».
Y agregó: «es un tipo de delincuencia muy grave y de difícil sumisión. Eso tiene que tener un plan muy organizado para controlar esos focos, de lo contrario seguirían creciendo, ya de por sí, están fuera de control».
Ante los focos delincuenciales, la magistrada señaló que nunca antes en la historia delictiva del país se vio que los policías no pudiesen actuar y «donde saliera rendida», concluyó.