Nalvani es el organizador de las mayores protestas contra el Kremlin, desde la caída de la URSS (Unión Soviética), en 1991
El Kremlin confía en que la situación en torno al opositor ruso Alexéi Navalni, presuntamente envenenado, no afecte las relaciones de Rusia con Occidente, que demanda una investigación criminal.
«Está claro que no querríamos algo así. Además, porque no hay ningún motivo para ello», afirmó a la prensa, e insistió en que no existen hasta ahora pruebas de que el opositor haya sido envenenado.
Según el diplomático ruso Dmitry Peskov, el Kremlin está interesado en establecer qué causó el coma de Navalni, al que se refiere como «el paciente».
«Así lo llamamos. Eso no cambia el sentido de lo dicho. Se trata de un ciudadano ruso que está en coma y quisiéramos establecer cuáles fueron las causas. Queremos comprender y definir qué sucedió con el paciente, pero no lo hemos logrado hasta ahora», expresó.