Después de dos semanas de protestas en la ciudad colombiana, manifestantes y autoridades llegaron al acuerdo de desbloquear el principal acceso a la ciudad durante un día para permitir el transporte de alimentos y medicinas
A pesar de los hechos violentos ocurridos el domingo entre manifestantes indígenas y supuestos civiles armados, la Minga accedió a desbloquear, durante todo el lunes, el Puente del Comercio, la carretera que conecta con el Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón, de Palmira.
Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali, pidió que este acuerdo sea «garantía de la institucionalidad, que no exista acción violenta contra estos jóvenes que van a desbloquear, desde ya, el puente».
El proceso de negociación contó con el apoyo de las embajadas de Alemania, Bélgica, España, Portugal, la Unión Europea y la Misión de la ONU en Colombia.
«Hemos observado la firma del acuerdo de la Alcaldía de Cali y autoridades locales con jóvenes para el desbloqueo del Paso del Comercio. Es importante usar el diálogo para avanzar en la garantía de derechos humanos», expresó la representante en Colombia de la alta comisionada de la ONU para los DDHH, Juliette de Rivero.
El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) anunció que a la 1:00 a.m. de este lunes fue habilitado el corredor humanitario para combatir el desabastecimiento que vive la ciudad tras 13 días de protestas.
Con respecto a la duración, el consejero mayor, Hermes Pete, aseguró que «dependiendo del comportamiento, se ampliará y la minga nacional continúa, el paro nacional continúa».
El líder indígena agregó que debe garantizarse «la no intervención de la fuerza pública en los puntos donde se encuentran los manifestantes de la minga», especialmente luego de lo vivido en la tarde del domingo.
Hoy más temprano, el presidente Duque estuvo brevemente en territorio caleño para participar en un consejo de seguridad.
Durante esas cuatro horas dijo que «nuestra responsabilidad no es actuar con brutalidad ni demencialidad, sino actuar en el marco de todas las competencias y estricto apego a la protección de los derechos humanos».
El mandatario comentó, además, que el objetivo es que «la ciudad tenga todas las garantías y eviten confrontaciones en los ciudadanos, o lo que es aún peor, que haya ciudadanos que pretendan ejercer control por su mano».