Para el proceso de paz en Colombia, como una posible negociación con el ELN, es positivo el triunfo de Gustavo Petro, y se puede esperar que haga más de lo que hizo Iván Duque, subrayó este lunes el analista Phil Gunson, del equipo de Crisis Group.
Es evidente que a la guerrilla le parece posible conseguir más en un proceso de paz con un gobierno de izquierda, pero no necesariamente es así, apuntó. No sé si Petro estará interesado en iniciar un proceso así en sus primeros momentos.
Venezuela está llamada a jugar un rol importante en la pacificación del ELN, porque al haber guerrilla en territorio venezolano es un asunto binacional y no solo colombiano, aseveró.
La relación entre Colombia y Venezuela va a cambiar dramáticamente, porque se va un gobierno de línea dura y entra un presidente «comprometido con el restablecimiento de las relaciones», lo cual «tiene un efecto muy significativo» para colombianos en Venezuela y venezolanos en Colombia.
Esto «lo veo muy favorable» porque es importante que los ciudadanos de ambos países tengan servicios consulares, pero «entiendo que hay preocupación de parte de los venezolanos en Colombia, porque se va un gobierno muy receptivo, el gobierno regional que más ha hecho por los exiliados venezolanos». Entra ahora «un gobierno de izquierda, que tiene simpatías por el chavismo», y es probable que el ambiente acogedor ya no lo sea, subrayó.
En teoría no debería cambiar, afirmó en entrevista con Unión Radio, pero «hay que reconocer que ni Petro ni Hernández tenían políticas claras» sobre los migrantes. «Puede haber fundados temores de que los organismos de inteligencia venezolanos tengan capacidad de acción ahora en Colombia» contra los exiliados políticos, estimó.
En su opinión, Petro debe restablecer relaciones con el gobierno venezolano «pero sin dejar de buscar una resolución política negociada a la crisis de Venezuela, que es una realidad de impacto regional», consideró.
Lo que veo en la región es «una oportunidad para un acercamiento diferente a la problemática venezolana», porque están emergiendo fuerzas políticas de izquierda que no le dan un cheque en blanco a Maduro. «El gran desafío es donde se podría dar ese consenso», expresó, pero «la región necesita resolver el problema venezolano».