Las elecciones al Consejo Constitucional le dieron en mayo al ultraderechista Partido Republicano, del excandidato José Antonio Kast, el poder de comandar el proyecto de la nueva Constitución
El próximo domingo 17 de diciembre al menos 15 millones de chilenos irán a votar a las urnas para decidir si aprueban o rechazan una nueva propuesta de Constitución que reemplace a la actual, vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
El texto, de carácter conservador, es el segundo intento de reforma de la Carta Magna y, según los sondeos y la mayoría de expertos, es muy probable que fracase en las urnas como el de septiembre de 2022.
La característica más definitoria de esta nueva propuesta, de 17 capítulos y 216 artículos, es que se opone a la anterior. Está redactada por una convención conservadora y es defendida por quienes promovieron el rechazo del primer proyecto constitucional, conformado por una convención izquierdista que promovía una transformación radical de la institucionalidad chilena tras el estallido social de 2019.
Según la exmandataria de Chile, Michele Bachelet, la propuesta pudiera ser riesgosa puesto que «no nos une como país.»
«Es real mi preocupación –y estoy segura que la de muchos– de que esta propuesta no nos une como país. He conversado con mucha gente, tanto ciudadanos como expertos, y todos reconocen los riesgos y los peligros de este texto», expresó la exmandataria en una intervención difundida por el Partido Socialista de Chile en las redes sociales.
Según Bachelet, el texto perjudica a las mujeres, porque no reconoce la igualdad salarial y además pone «pone en peligro las tres causales» que permiten el aborto.
El expresidente Ricardo Lagos también expresó su opinión señalando que votará en contra porque es un «texto partisano» que no ayudará a cohesionar al pueblo chileno.
Sin embargo, los expresidentes, Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) y el derechista Sebastián Piñera (20188-2022), se mantienen a favor de la reforma.
Según Piñera, el texto es «infinitamente mejor» que la propuesta anterior y que la actual Constitución.
«Primero, porque fortalece la libertad, la seguridad y la propiedad de los ciudadanos. Segundo, porque fortalece al Estado en su rol de resguardar el orden público, garantizar los derechos sociales y resguardar los equilibrios macroeconómicos», dijo el mes pasado en una entrevista con el diario El Mercurio.
Para Piñera la tercera causa por la que apoya la reforma constitucional se debe a que «cambia el sistema electoral existente y la absurda proliferación de partidos que tenemos hoy, mejora la calidad de las políticas públicas y la eficacia y transparencia del gasto público.»
Con información de CNN