Se calcula que 75 millones de niños tenían problemas de crecimiento en 55 países y territorios analizados
Según un nuevo informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias, 135 millones de personas de 55 países sufrieron inseguridad alimentaria extrema durante el año 2019, cifra que podría ascender este año motivado a la pandemia por el coronavirus.
Esta red de 16 organismos internacionales y socios humanitarios destacó este martes 21 de abril, que el número de personas inmersas en crisis o emergencias alimentarias fue en 2019 el más alto, desde que comenzó a elaborar su estudio anual hace cuatro años.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) precisó que la pandemia podría poner en esa situación a un total de 265 millones de personas para finales de 2020, casi el doble respecto al año pasado.
Al comparar las cifras de los 50 países recogidos en la edición de este año del informe de Red Global, y la anterior, la población con hambre aguda pasó de 112 a 123 millones, lo que refleja un empeoramiento de la inseguridad alimentaria en países afectados por conflictos, sucesos meteorológicos extremos y crisis económicas.
Venezuela dentro de los peores casos
Los peores casos ocurrieron el año pasado en Yemen (15,9 millones de personas víctimas de crisis o emergencias alimentarias), República Democrática del Congo (15,6 millones), Afganistán (11,3 millones) y Venezuela (9,5 millones), seguidos de Etiopía, Sudán del Sur, Siria, Sudán, el noreste de Nigeria y Haití.
Los desplazados son la población especialmente vulnerables, a mediados del año pasado sumaban 79 millones de personas en el mundo, incluidos 20 millones de refugiados, de los que la mitad habían sido acogidos en países con altas cifras de inseguridad alimentaria.
La pandemia generará otro impacto
Se espera que el coronavirus impacte con fuerza en la salud y la nutrición, sobre todo de los grupos vulnerables, debido a los precarios sistemas públicos de salud y la falta de recursos económicos de la población en muchos países.
En este sentido, Lavinia Antonaci, experta de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), explicó que el coronavirus «amenaza con incrementar las cifras de inseguridad alimentaria y malnutrición como consecuencia tanto de la pandemia como de los esfuerzos por contenerla».
Las restricciones a la movilidad pueden dificultar todavía más el acceso de los más vulnerables a los alimentos debido a los cortes en el suministro, los precios altos y los menores ingresos en contextos de crisis.
Antonaci, teme que la asistencia humanitaria se reduzca como resultado del desvío de fondos para combatir la crisis del coronavirus.
Venezuela concentra alrededor de la mitad de afectados
En Latinoamérica y el Caribe, 18,5 millones de personas sufrieron hambre aguda en 2019 en los cuatro países del Corredor Seco centroamericano (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua), Haití, Venezuela y entre los migrantes venezolanos repartidos por Colombia y Ecuador, lo que representa un 14% del cómputo global.
Voceros del PMA detallaron que el número de afectados se incrementó en la región, y que Venezuela concentra alrededor de la mitad de esas personas como consecuencia de la recesión económica, marcada por la hiperinflación y la dependencia de los alimentos del exterior.
Por su parte, en Haití, la crisis política y socioeconómica fue la principal razón por la que empeoró la inseguridad alimentaria extrema, con 3,7 millones de personas afectadas.
La crisis o emergencia alimentaria impactó en 3,2 millones de personas en el Corredor seco, donde los hogares más pobres vieron un encarecimiento del maíz y los frijoles que compran, y un descenso de los precios internacionales del café que venden.