El secretario general de la ONU invitó a los miembros del máximo órgano de Naciones Unidas a que en este «tiempo de tensiones y disturbios a nivel internacional, la Carta (de Naciones Unidas) siga siendo nuestro marco compartido de cooperación internacional para el bien común»
«La guerra nunca es inevitable, es una cuestión de elección y, a menudo, es producto de errores de cálculo», aseguró este jueves el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, al hacer un llamado por la paz ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
En un discurso con motivo de una reunión dedicada al mantenimiento de la paz y la Carta de las Naciones Unidas, el secretario general alertó de que «las tensiones geopolíticas han alcanzado niveles peligrosos, más recientemente en el Golfo Pérsico, así como las tensiones militares tradicionales», señaló EFE.
El mundo se encuentra en una era de «propagación del odio y de la impunidad», advirtió Guterres. La «cooperación internacional se encuentra en una encrucijada».
Llamó a los miembros del máximo órgano de la ONU a que en este «tiempo de tensiones y disturbios a nivel internacional, la Carta (de Naciones Unidas) siga siendo nuestro marco compartido de cooperación internacional para el bien común».
Guterres recordó la importancia de la «no intervención, la autodeterminación y la soberanía de los estados miembros», pero también la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, las amenazas del cambio climático y la necesidad de solucionar las disputas de manera pacífica.
Para el secretario general, se ha vuelto necesario regresar a la esencia y los fundamentos de la Carta porque sus principios han salvado vidas, promovido el avance económico y el progreso social, además de evitar que el mundo se haya deslizado hacia otra guerra mundial.
«Pero cuando estos principios han sido burlados, puestos aparte o aplicado selectivamente, el resultado ha sido catastrófico: conflicto, caos, muerte, desilusión y desconfianza», subrayó Guterres.
Hizo hincapié en la importancia de la prevención de los conflictos.
«Gastamos mucho más tiempo y recursos en responder y administrar crisis que en prevenirlas. Nuestra aproximación necesita ser reequilibrada», dijo a este respecto.
Por todo esto, recordó a los quince miembros del Consejo que su pertenencia a este órgano «conlleva responsabilidades vitales para mantener los principios de la Carta y sus valores, particularmente en la prevención y el tratamiento de los conflictos».
«La paz, también, nunca es inevitable, es el producto de trabajo duro y nunca debemos darla por sentado», apuntó.