Cualquier europeo con una cuenta de correo electrónico puede registrarse y comenzar a aportar opiniones en debates temáticos
Las tres instituciones principales de la Unión Europea (UE), presentaron este lunes una plataforma en línea para que los ciudadanos hablen sobre el futuro de Europa y no descartaron que a raíz de este debate se avance hacia una reforma de los tratados comunitarios, un extremo que por ahora sí rechazan los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete.
La nueva herramienta es un foro en línea multilingüe que busca ser la piedra angular de este ejercicio de reflexión sobre el futuro de la UE en plena pandemia, una circunstancia que dificultará celebrar muchos de los eventos presenciales que se habían imaginado en la concepción de la bautizada como Conferencia del Futuro de Europa.
El sistema se basa en el software libre ‘Decidim’, que se desarrolló inicialmente en Barcelona y que ya se usa en esta ciudad para que los citadinos den su opinión sobre propuestas de otros vecinos o del propio ayuntamiento.
Cualquier europeo con una cuenta de correo electrónico puede registrarse y comenzar a aportar opiniones en debates temáticos sobre áreas como el cambio climático, la salud, la economía, la justicia social, el empleo, el Estado de derecho o la migración, entre otras áreas.
Mediante el registro se puede abrir un nuevo hilo de discusión para, en un máximo de 1.500 caracteres, resumir una propuesta propia, aunque el usuario recibe un aviso si otro ha abierto ya un debate similar y prefiere seguir la discusión ya creada antes que crear una nueva.
Cada ciudadano podrá contribuir a los debates en su propia lengua si esta se halla entre las veinticuatro oficiales de la UE y será la propia plataforma la que traducirá cada mensaje al resto de lenguas de la Unión. En el caso de las lenguas no oficiales de la UE la interpretación debe «proveerla y financiarla» el país interesado.
Aun sin registrarse, acceder a la web de la plataforma permite leer las opiniones de otros usuarios, consultar el mapa de eventos y apuntarse a eventos en línea o en persona en los que los usuarios puedan estar interesados.
Entre todos los debates y propuestas que se hagan, se seleccionarán algunas – no necesariamente las más populares en términos de mayor número de comentarios o apoyos – que las instituciones europeas han prometido “tener en cuenta” en los futuros debates políticos.
¿Hacia la reforma de los tratados?
Las instituciones no han querido fijarse un objetivo en cuanto a usuarios en la plataforma y afirman que buscan la participación de europeos de cada esquina del continente, «cuantos más mejor», tanto jóvenes como mayores y del mayor número posible de profesiones y contextos sociales o económicos.
El gran debate de cara al final de la conferencia será qué hacer si las peticiones que más reclamen los ciudadanos son propuestas que requieren cambios en los tratados, un extremo que depende de la voluntad de los Estados miembros y que varios rechazan ya de plano.
La vicepresidenta de la Comisión Europea para Democracia y Demografía, Dubravka Suica, recordó que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya dijo en el verano de 2019 que «sea lo que sea lo que pidan los ciudadanos, intentaremos darle seguimiento», y dio a entender que esta promesa sigue vigente hoy,
También el representante del Parlamento Europeo, el liberal Guy Verhofstadt, incidió en que la declaración conjunta para poner en marcha la Conferencia del Futuro de Europa, acordada a tres bandas entre las instituciones, no hace mención expresa a esa reforma de los tratados, tampoco para descartarla del todo.
Esto, dijo, es «positivo» para la Eurocámara, ya que permite que «todo sea posible» y que dependa del resultado de los debates de los ciudadanos y del trabajo que se desarrolle en el pleno de la conferencia en la próxima primavera.
Desde la presidencia portuguesa del Consejo, la secretaria de Estado para Asuntos Europeos, Ana Paula Zacarías, señaló que en la plataforma hay espacio para hablar de esta posible reforma, aunque instó a «entender aquello de lo que la gente realmente quiere hablar».
Con información de EFE