En su discurso del Primero de Mayo el canciller alemán, Olaf Scholz, cerró filas con Ucrania, defendió la necesidad del envío de armas para que esta nación «pueda defenderse».
«No puede ser que algunos miren los libros de historia, miren donde estaban fronteras e intenten por la fuerza trasladar fronteras, eso es imperialismo y no lo queremos en Europa,» dijo en un evento de la central sindical DGB en Düsseldorf, según reseñan los medios locales y «rebotados» por las agencias de noticias.
Scholz sentenció que su país y su gobierno apoyará a Ucrania «con dinero y ayuda humanitaria, pero también, para que pueda defenderse, con envíos de armas, como hacen muchos otros países, porque es necesario ahora mismo», es no fue bien recibido por un grupo de manifestantes que asistió al evento.
Según los reseñan los corresponsales extranjeros en suelo alemán, un nutrido grupo de manifestantes se mezcló con los asistentes y coreaban la consigna «Paz sin armas», que, junto rechiflas y abucheos obligaron al Jefe del Estado teutón a levantar la voz e incluso gritar.
«Respeto todo pacifismo, respeto toda postura, pero a un ciudadano ucraniano le parecerá cínico que le digan que debe defenderse sin armas contra la agresión de Putin», espetó Scholz.
Por otro lado, estaban los manifestantes que portaban banderas ucranianas, en un acto en el que Scholz insistió en que la «solidaridad» con Ucrania es parte de las políticas sociales que fueron su oferta electoral.
Destacó el aumento del salario mínimo a 12 euros por hora, medida que según sus cifras beneficiará a seis millones de trabajadores alemanes y señaló que «todos deben poder vivir de lo que ganan con su duro trabajo».