Por falta de vacunas, en este país balcánico apenas ha comenzado la inmunización de la población.
Bosnia-Herzegovina contabilizó en las últimas veinticuatro horas 93 fallecimientos de COVID-19, una cifra récord desde el primer brote de la pandemia hace más de un año en el país balcánico.
Según el portal Our World In Data, vinculado a la Universidad de Oxford, Bosnia-Herzegovina, de unos 3,5 millones de habitantes, ha sido en las últimas semanas uno de los países europeos con la mayor tasa de fallecidos.
Por otro lado, ha bajado el número de contagios diarios hasta 856 en las últimas 24 horas, desde los cerca de 2.000 una semana antes, si bien el descenso puede estar relacionado con el hecho de que durante el fin de semana se suelen efectuar menos test.
Las medidas de precaución se han reforzado hace pocos días, con el cierre de centros comerciales, cafés, restaurantes y gimnasios, y un toque de queda nocturno en la mitad del territorio del país.
Numerosos ciudadanos bosnios acudieron el pasado fin de semana a la vecina Serbia, que ofrecía una inoculación gratis a extranjeros de los países de la región.